El aire en su esencia es movimiento, sutileza, visión. A través del aire proyectamos todo lo que existe y concebimos el mundo que nos rodea. Una persona con aire en equilibrio percibe el mundo que le rodea con objetividad. Tiene concentración y sabe escuchar. Aprende constantemente y deshecha constantemente todo lo que ha aprendido. Su mente está en apertura y su vida también. El aire en equilibrio nos dota de mayor creatividad, astucia, una claridad superior y mayor inteligencia.

Cuando el aire está en exceso la persona puede huir en sus proyecciones, en sus visiones y sus ilusiones. El mundo deja de ser un lugar agradable y se convierte en una cárcel escapando de la cárcel a través de la imaginación ilimitada. Cuanto mayor sea la proyección más feliz se siente la persona que tiene exceso de aire. Deja de escuchar, deja de empatizarse, imagina, sueña y vive en su mundo interior, un mundo que rara vez puede compartir o expresar por estar demasiado lejos con la realidad.

La persona con ausencia de aire se puede volver demasiado seca en sus pensamientos y sin apertur mental. No hay imaginación, no hay superación, no hay creatividad. Se vuelve obtusa en su forma y dura en su juicio. Igual que la persona con exceso de aire no vive las relaciones desde la objetividad, en el caso primero vivía según su proyección idealizada y ahora sobre su juicio sobre ellas.

Llorar desconsoladamente en la niñez sin ser atendidos, el negarnos la palabra o no dar valor a lo que decíamos condicionan la cualidad de aire en nosotros. Situaciones demasiado difíciles para comprender, como secuestros, abusos o ser testigos de maltratos, también pueden terminar en un desequilibrio con el aire. El exceso de aire de un familiar cercano, por ejemplo de nuestros padres, suele hacer que los hijos manifiesten una carencia de aire, es necesario una mayor objetividad cuando el mundo que nos han enseñado es demasiado subjetivo, y al revés. Unos padres con ausencia de aire y un mundo entendido como demasiado objetivo hará que los hijos necesiten vivir un aspecto demasiado objetivo e idealizado de la realidad.

Las creencias en lo ilusorio como base en la educación: mitos, proyecciones, leyendas, seres invisibles, incluso iconos como Papa Noel o el Ratoncito Perez, pueden desenfocar a vivir el niño un exceso de aire, y al contrario, al romper la creencia de estos mundos puede ocasionar una falta de apertura mental hacia el mundo invisible.

Sobre todo el aire lo equilibramos trabajando la apertura mental desde el equilibrio. Intentando liberarnos de todos los castillos de arena construidos y viviendo la vida tal cual se nos presenta, sin juzgarla, sin catalogarla, sin evadirnos de ella. Cada cosa en su momento, con la misma energía, con el mismo enfoque. Trabajando por poner la misma ilusión y esfuerzo ya sea en barrer la casa, en estudiar o en pasear con los amigos. Nuestra mente no debe sufrir cambios según las tareas que realicemos. En este trabajo podemos comprender cuándo la mente se evade o se vuelve más crítica y rígida.

Ejercicio para sentir y equilibrar el Agua

Ve a un lugar de la naturaleza donde puedas sentir el aire. En lo alto de una montaña o en una ladera donde puedas divisar el horizonte. Siéntate cómodo, cómoda y escucha a tu alrededor.

Según escuchas ve respirando y sintiendo el aire.  Escucha y siente como te expandes con la respiración. Siente en tu cuerpo, en tu piel, en tus ojos, en tu pelo, la cualidad del aire. Siente en tus oídos, en tu vista y en tacto el aire y la esencia del aire.

Escucha el aire, escucha y siente el aire en tu interior y lleva la esencia del aire a tu interior, siente como cada respiración el aire entra en ti y se expande por tu cuerpo, lleva el aire a tus órganos uno por uno, lleva la naturaleza del aire a cada una de las células de tu cuerpo, lleva el aire incluso a tus chakras y avanza un poco más, lleva el aire a tu alma. Siente la naturaleza del aire desde tu ser. Mantén la respiración sintiendo que eres aire, que vibras con el aire, que el aire está en ti en equilibrio y la esencia del aire te enseña a ser apertura y silencio.

Tras sentir esto y mantenerte ahí el tiempo que necesites, haz igual que en los otros ejercicios y expande el sentimiento que vives en todas las direcciones, expande la unión y el equilibrio con el aire que has sentido hacia todas las personas, sobre todo aquellas que en algún momento habrás juzgado, hacia todo aquello que has abandonado o perdido, hacia todo aquello que has olvidado o no has sabido escuchar.

Expande la unión con el aire y la cualidad que te aporta el aire hacia todas las personas y seres que te rodean. Así entrega a todo lo que te rodea los beneficios de tu trabajo.

Los cinco elementos

Tierra

Agua

Fuego

Eter

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