Ariadna. La emancipación de la feminidad

La diosa Ariadna representa la emancipación de la feminidad, una emancipación que capacita a la mujer de utilizar el hilo mágico de la vida.

La princesa Ariadna, hija de los reyes Minos y Pasífae, vivía en Creta junto al laberinto del minutoro Asterión.

Asterión era un mounstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro nacido de Pasífae y un toro blanco enviado por Pseidón a la isla.

Dédalo, un gran arquitecto, aliado de la reina, construyó una vaca de madera donde Pasífae se escondió para tener relaciones sexuales con el toro. El minotauro se engendrá desde lo escandaloso, aludiendo la liberación del deseo femenino mostrando como los humanos vamos más allá de nuestros propios límites para colmar nuestros más oscuros deseos.

Además Minos, el esposo de Pasífae, es uno de los tres hijos nacidos de Zeus transformado en toro con la ninfa Europa. Así Zeus se visitó de toro y con este engaño captó a Europa, la violó y así engendró a Minos, Radamante y Sapedón.

El toro es el gran progenitor, es amante y consorte de la diosa femenina. Es la fuerta y tozudez del padre fecundador. Representa el amante de la mujer divinizada, el aliado de las sacerdotas cuyo poder se representa desde el orden patriarcal.

Cuando una mujer joven se pintaba a lomos de un animal salvaje mostraba la diosa y su consorte, el toro es el amante fuerte y fecundo y ella le doma sexualmente con sus tretas y su dulzura femenina.

Sin embargo, como es de esperar, el toro que al principio parece dócil, acaba mostrando su fuerza imponiéndose ante la diosa.

Minos representa el poder patriarcal recién instaurado. El gobernante seguro de sí mismo. Pasífae la sacerdotisa, la diosa, la feminidad divinizada.

Minos, desde su autoridad, no puede permitir la unión y la estirpe de su mujer con el toro, así que demoniza al minotauro encerrándolo en el laberinto.

El minotauro, hermanastro de Ariadna, es encerrado en el laberinto que el mismo Dédalo que construyó el toro de madera para lograr las relaciones sexuales que le posibilitan la vida, construye para encerrarle

El minotauro, sagrado y maldito, castigado solo por haber nacido, vive encerrado en las sombras de un laberinto escondido y demonizado.

Creta, es una isla que representa la calma racional, el orden y la ley paterna contrastado con el lugar de la sombra, el desorden y la perversión.

La leyenda cuenta que Androgeo, principe de Creta y hermano de Ariadna, venció a todos los atenienses en los juegos panateanaicos. Enfurecidos por su victoria, los atenienses le asesinaron.

Minos, para vengar la muerte de su hijo, declaró la guerra a Atenas y ganó la batalla. Entonces estableció una deuda en que cada año enviarían a Creta 14 jóvenes atenienses (7 hombres y 7 mujeres) que serían entregados en sacrificio al minotauro. Durante años mujeres y hombres inocentes se les echaba a la fuerza al laberinto donde servían de alimento para el nminotauro.

Pasados años, Teseo, el hijo del rey de Atenas Egeo , tubo que marchar a Creta (por sorteo o propia elección según las versiones de la leyenda), jurando acabar con el minotauro y así con el sacrificio impuesto a su pueblo.

La princesa Ariadna, nada más ver a Teseo, se enamora de el y decide ayudarle a matar al minotauro. Dédalo explicó a Ariadna como entrar y salir del laberinto y le entregó un ovillo mágico que le ayudaría a no perderse.

Teseo prometió a Ariadna matrimonio y ante esa perspectiva juntos, Ariadna entregó el regalo a Teseo junto con la información del mapa del laberinto. Comparte su conocimiento con Teseo por amor y permite así que Teseo se liberase.

El hilo de Ariadna, representa el cordón umbilical, el hilo de la vida que nos conduce al monstruo. Ariadna, la sostenedora del corsón, se arriesga a no cortar el hilo hasta el momento del reencuentro. Ella maneja el hilo, conoce todos sus secretos, más aun no se atreve a utilizar sus conocimientos cediendo el poder del hilo a Teseo y uniéndoles por la magia del hilo que les mantiene conectados.

Ariadna en la entrada del laberinto sujeta el extremo del ovillo y Teseo se interna en el laberinto, mata al minotauro y sale para reencontrarse con su amada.

Esta muerte también genera que Minos ya no tenga más descendientes masculinos, un detalle marcado de simbolismo en la mitología, quedando con dos hijas: Ariadna y Freda.

Además matar el minotauro representa acabar con la animalidad que afecta a lo humano de su núcleo. Un detalle importante que trastocaría el inconsciente humano.

Teseo genera una forma de estructura patriarcal matando al hijo prohibido del deseo femenino. Acaba con el deseo de la búsqueda de los límites de la humanidad y la animalidad. Lo más oscuro de la psique humana, nuestras contradicciones, nuestras sombras, el animal que surge como fruto del inconsciente y salvaje deseo de lo femenino.

A su vez esta leyenda nos muestra como se instaura el patriarcado de la psique humana, donde la princesa Ariadna, traiciona a su madre y se alía con el nuevo patriarca, aceptando sumisamente su lugar. Rompe el linaje de la madre divina y lo confronta con una forma de feminidad de entrega, confianza y unión.

Y podemos observar como en la unión de los padres de Ariadna hay fuerza, equilibrio, orden, más también mentiras, desunión y deslealtad, donde los deseos humanos nos llevan a afectar a la descendencia e incluso a acabar con el poder masculino de los hijos, los cuales en la leyenda son asesinados. Pues cuando la diosa madre de nuestra psique no logra su equilibrio en la estructura familiar, pone en peligro el equilibrio entre lo femenino y lo masculino, acabando con toda posibilidad de patriarcado y equilibrio masculino en sus hijos.

Y por otro lado, cuando la psique femenina, representada por Ariadna, recoge su lugar, sosteniendo el hilo de la vida conjunto con Teseo, se genera una comunicación diferente, de equilibrio, entrega y confianza. Y claramente, este cambio en la relación, se origina con una traición a la propia madre y a la propia tierra natal. Algo que se genera rompiendo el matriarcado secreto que había en Creta el cual generaba un patriarcado de Minas en desequilibrio, con mentiras y secretos, y accediendo a un patriarcado equilibrado con un matriarcado que apoya, sostiene y confía, donde juntos, madre y padre, pueden derrotar a las sombras del inconsciente de los padres.

Sin embargo, cuando Ariadna sale de Creta ella aun no sabe que en Atenas, a las mujeres les está vetado el acceso al poder patriarcal. Un poder ejercicio por los hombres. En este descubrimiento, Teseo abandona a Ariadna en la isla de Naxos mientras ella duerme en la playa.

Teseo y Ariadna son dos figuras antagónicas, ella trata a Teseo como marido, como igual, más Teseo la trata como una virgen, inocente y vulnerable. Teseo, en la leyenda, es incapaz de asumir el compromiso que exige Ariadna. Posiblemente mostrando que cuando el hombre acaba con la sombra de su psique salvaje y descontrolada, su orgullo no logra asumir las consecuencias y el orden racional y comprometido que la vida le exige para gobernar el mundo y sobre todo, para gobernarse a sí mismo..

Ariadna representa así en este lugar la feminidad que busca su lugar y es apartada por los masculinos que lideran y se empoderan ante los demás. Encarna la inocente virgen enamorada que traiciona a su familia por amor y huye del hogar junto al amado, más el amado, no está a la altura del amor, se torna cobarde y la abandona.

Teseo se aprovecha claramente de Ariadna para vencer al monstruo, para convertirse en héroe. Ariadna para Teseo no es más que el trofeo de su captura, más no está preparado para ese trofeo, no está preparado para asumir tal honor. Cuando el se compromete con Ariadna no comprende que su premio tiene un compromiso. Que su regalo de amor por acabar con la bestía, realmente no es ser un héroe, sino convertirse en un hombre. Y realmente, no es capaz de convertirse en un hombre.

Más adelante en la historia, Ariadna se atreve a usar el hilo para recorrer ella misma el laberinto, se enfenta a todos sus monstruos, se empodera. Más para ella, tubo que traicionar, entregarse confiadamente al amor y ser traicionada más tarde por la falta de madurez de su amado. Sólo de esta forma aparece el empoderamiento femenino.

Otra interpretación de la leyenda, nos cuenta que Ariadna y Teseo ya se habían unido en secreto en el Templo de Artemisa. Entonces fue la misma Artemisa enojada que castigó a Ariadna obligando a que la mataran. Otra versión cuenta como Dionisios, enamorado de Ariadna, acude a su encuentro y se casa con ella, y Artemisa, nuevamente celosa de la joven cretense, la mata. En esta versión, en honor a Zeus, pone su corona en el cielo, la constelación de “la corona de Ariadna”.

Para comprender estas versiones hay que recordar que Artemisa es la diosa de la virginidad, de la guerra, de los animales. Es la diosa joven y virgen que renuncia al matrimonio y protege a los jóvenes que han elegido renunciar al matrimonio. Claramente es totalmente confrontada por el salto hacia la madurez espiritual que ha tomado Ariadna, la cual no sólo se casa, sino con confianza y amor, se casa desde la igualdad y el equilibrio. Por ello, de una forma u otra, Artemisa, o la parte de la psique de Teseo que representa Artemisa, corrompe dicha unión abandonando o incluso matando a Ariadna, y con ello, toda esperanza de una futura unión.

La versión más interesante, relatada por Hesíodo, y que más nos puede ayudar a entender el simbolismo de este mito, es aquella en que Dionisos y Ariadna se casan, donde Zeus, conmovido, concede la inmortalidad a Ariadna, comprendiendo así a que punto llega el empoderamiento femenino tras los pasos que Ariadna sigue.

Dionisos es el dios del vino, del éxtasis místico, de la embriaguez. Dionisos es el dios que más honra a la madre y a las mujeres en general, siempre nos muestra la relación entre lo masculino y lo femenino. En este punto, en esta unión, muestra una unión entre lo femenino y lo masculino que incluso altera el tiempo, ordenando los hilos de la vida y dando comienzo a la fiesta de Dioniso. Se inicia así la celebración de Dionisos donde uno se pierde de sí mismo para encontrarse con sigomismo.

Dionisos enriquece la vida trascendiendo los límites de la conciencia y enseñándonos que todo es un juego en la existencia presente.

Cuando Dionisos y Ariadna se unene, la mente se abre y las formas elementales se tornan creativas, lo destructivo aflora, permitiendo el cambio. Desaparecen las fronteras enter lo divino y lo humano y el hombre es impulsado hata la sensibilidad, la creación, lo inefable, lo permanente, el uno, el eterno retorno ya representado en el diseño del laberinto del minotauro, el laberinto de la mente sin fin, cuyo mapa sólo posee el Arquitecto sagrado y la doncella enamorada, la cual puede entregar desde una confianza fiel a sí misma y su propio amor.

Comprendamos que Dionisos es el dios que da lo uno a lo múltiple, para el todo son máscaras, juegos. Nos muestar el reflejo como una máscara de nosotros mismos y con sabiduría y consciencia, alternado nuestra psique de embriaguez del alma, nos mira profundo al portador de las máscaras.

Dionisos y Ariadna muestran la madurez. Ariadna, al tomar conciencia de su ser, al liberarse de la necesidad de logros, al desnudarse y guiarse por su corazón, se abre al encuentro con Dionisos, iniciando un camino de autoconocimiento y empoderándose. Asume el regalo de ovillo mágico que porta y comprende que le pertenece sólo a ella, capacitándola de tejer su propia existencia.

Ariadna comienza a ejercer su poder sólo cuando descubre el valor del conocimiento del laberinto sagrado. Indagando en él en vez de conformarse o delegar esa tarea en otra persona.

Ariadna logra acabar con todo poder patriarcal cuando se representa sola en la isla de Naxos, donde, tanto su padre como su amado ya no influyen sobre ella. Lejos de tal influjo, se enfenta a lo desconocido, y comprende la impllicación de ser la hermana del minotauro, la hermanastra del príncipe vengado, la hija del padre engañado con una autoridad dominante, la hija de una madre alterada por sus deseos, la abandonada de un héroe incapaz de comprometerse consigo mismo.

Al comprender esto, Ariadna no desvanece, se empodera. Se empodera con la sabiduría de aquello que la conforman. Se empodera de conocimiento que utilizará para descubrir que más ocultan las profundidades del laberinto.

Comprendemos aquí el inicio del artículo cuando mostraba como la emancipación de Ariadna capacita a la mujer para utilizar el hilo mágico de la vida, sin delegar esa responsabilidad, comprometiéndose con uno mismo y con el propio destino.

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