Posiblemente internet y la información masiva haya cambiado nuestra forma de reflexionar. En este tiempo hemos aprendido, para bien o para mal, que las respuestas son fáciles y directas, incluso para la salud, para las emociones o para la propia vida.
Aspectos abstractos subjetivos, totalmente condicionados a un contexto e imposibles de explicar se convierten en respuestas tipo “los 10 pasos para arreglar un matrimonio”, “tres formas de superar la depresión”, “los 5 mejores alimentos para tu cuerpo”. Mucho más complejo cuando se trata de análisis como: “10 señales para saber si una persona te miente”, “4 expresiones que delatan si alguien te ama”, o “10 síntomas de tal o cual enfermedad”.
Luego pasamos a las noticias claramente falsas de la solución definitiva, la única respuesta verdadera, el único conocimiento auténtico, etc.
Tras esto rápidamente pasamos a transformar experiencias dolorosas aun sin comprender, en frases de supuesta sabiduría popular y consejos sin sentido.
Se que parece absurdo tratar este tema en una revista de desarrollo personal, pero un aspecto importante de nuestro autoconocimiento es aprender a pensar por nosotros mismos.
Aquella persona que afirme tener todo el conocimiento, que se la crea sin más, que se practique lo que dice como la verdad, no sólo no tiene la verdad, sino que no es un buen guía.
No son necesarias las palabras exactas, pues muchas veces dirá estas palabras como memorizadas de lo que otros dijeron, pero espero que todos tengamos el buen juicio para discernir en sus actos este desprecio hacia la sabiduría ajena.
Existen multitud de caminos y respuestas todas ellas correctas. Vivir en la verdad posiblemente sólo sea vivir en la claridad personal. La verdad es el camino correcto para abandonar el temor, es la liberación de toda mentira y engaño, y dentro de esas mentiras que nos hacemos todos a nosotros mismos sin afrontar nuestro propio paradigma personal o la misma estupidez humana, también están las mentiras que no permiten que haya otras respuestas posibles.
La persona que vive con un NO en su vida, tampoco necesita decir a todo “no”, posiblemente diga sí, pero niega el derecho a ser o a existir a todo aquello que no contemple su propia verdad.
La persona que vive libre en la verdad, no limita otras realidades: ES, de forma pura, ilimitada y mágica.
Parece sencillo pero todos nos hemos sentido atacados por verdades ajenas, o simplemente hemos mirado hacia otro lado para no salir de nuestra verdad limitada.
No existen 10 caminos para el bienestar, ni 10 alimentos que curen el cuerpo, ni 10 respuestas correctas, sino infinitas. Infinitas formas de vivir e infinitas respuestas todas ellas igual de válidas.
El necio se quedará atascado en su única verdad generando remordimientos de conciencia y mentiras, y para mantener sus mentiras tendrá que despreciar e ignorar a los demás.
Internet nos ha cambiado la forma de descubrir la vida y obtener respuestas. Buscamos información de una forma matemática y clara. Como buscando el significado de una palabra, queremos en una frase una respuesta realmente trascendental que ayude a suavizar nuestra sed de conocimiento. Buscamos un conocimiento impersonal y vacío, pero concreto y rápido.
Pero muchas palabras no significan una sola cosa, muchas cosas no se pueden describir con palabras. Y es un peligro aprender y familiarizarse con esta tendencia en auge de las respuestas rápidas e impersonales. Sobre todo es un peligro creer que estas respuestas nos ayudarán, pues limitan nuestra forma de pensamiento, y la creencia de que todo es posible.
Cuando este tipo de respuestas entra en forma de significado emocional o vivencial de las enfermedades, rápidamente siento un escalofrío desagradable por todo mi cuerpo. Una persona con un mapa de enfermedades y sus causas es igual que una flecha envenenada que no deja paso al amor y compasión hacia quien sufre un problema. Y si fuera así, que una enfermedad surge de una experiencia concreta, de un trauma de los bisabuelos o de una rutina dañina, ¿quién es el necio, quien se atreve a juzgar a la persona que, fuere el motivo que fuere, tiene que sufrir esa enfermedad, ese conflicto, ese camino, o ese trauma en concreto?
Un mapa así que nos entregue las claves del porqué de las enfermedades, debería tomarse con gran respeto y amor, sin menospreciar ni un instante la vivencia que pueda generar una enfermedad. Comprendiendo que todos, absolutamente todos, podemos vivir lo mismo y tener los mismos problemas.
El joven necio se burla de la falta de flexibilidad del anciano, el joven necio se burla del cuerpo de la mujer que dio a luz a varios hijos, el joven necio se burla del adulto que no encuentra trabajo o que le cuesta aprender un idioma, el adulto consciente, valora que cada vivencia es única, perfecta y totalmente responsable. Por más que creas que no, cada momento puede hacerte perder el control, uno no tiene las respuestas de todo, y todas las personas pueden derrumbarse en las mentiras sobre las que fundamentaron los mismos prejuicios que les hicieron insultar a otros. El sabio no cae en la tontería de creerse sabio, y por eso es sabio: porque no posee la sabiduría, permite que la misma vida le entregue la respuesta del camino correcto.
Vivimos en una era de simplicidad, donde todos pueden lograrlo todo, o eso piensan. Donde todos quieren ser jóvenes eternos. No hay responsabilidad, ni cargas que cada uno asuma. Los valores se han transformado y aquello que nos pudiera parecer importante, ahora no es nada.
La espiritualidad se vende por capítulos, y cada capítulo, aunque dice lo mismo que el anterior, es un poco más caro, a fin de que la persona se arrepienta si quiere dejar de pagar pensando que perderá, no la sabiduría que gano, sino el dinero que apostó por creer que algún día tendrá un conocimiento verdadero. Y acostumbrados a esta rutina, llamamos sabio al que vende la sabiduría y nos apartamos de quien puede que realmente tenga ese conocimiento, pero no pierde el tiempo en venderlo. Juntándonos con esa persona que “asemeja” un gato tranquilo, pero más bien está esperando que el gorrión baje de la rama para darle caza, no comprendemos el precio de las cosas, pagando de más o de menos, creyendo que el dinero compra lo que sólo la vida puede entregar.
Tras 15 años con esta web, la cual ha ido teniendo cambios, he podido comprender qué le interesa a la gente leer y que es aquello que les cansa. Es interesante descubrir que todos buscamos la verdad, y esa verdad se alcanza cuando dejamos de vivir en la mentira.
Y cómo prometí en el título, aquí van los 7 pasos para vivir en la verdad, los mismos pasos para dominar el ego:
- No te sientas ofendido
- Libérate de la necesidad de ganar
- Libérate de la necesidad de tener la razón
- Libérate de la necesidad de ser superior
- Libérate de la necesidad de tener más
- Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros
- Libérate de la necesidad de tu fama