La alegría es una emoción imprescindible para alcanzar un estado de felicidad. Desarrollar la alegría en la vida requiere tres principios básicos:
1. Honestidad
2. Sabiduría – Inteligencia
3. Amor
Honestidad
Muchas personas creen ser alegres, se muestran alegres, comparten juegos, chistes, sin embargo en su intimidad hay una herida profunda sin sanar. Su alegría no real. Esto se debe a una falta de honestidad. Para sentir alegría hay que ser honesto con uno mismo y con la vida. No puedes reírte sin más, has de aprender a mirar de frente a los problemas, llenarte de valor y aprender a respirar con la vida. La honestidad te entregará sosiego en tu corazón. La honestidad hará que poco a poco pierdas la vergüenza, te vuelvas más transparente y seguro contigo mismo y que descubras en qué punto estás realmente sintiendo alegría y cuándo estás siendo irónico, envidioso, hiriente, cruel…
se honesto en tu alegría. Aprende a sentir alegría primero en soledad. Comparte contigo los momentos más felices, admírate, admira tus logros, tu trabajo, conócete y descubre tus potenciales y tus debilidades. Si por algún casual trabajas y eliminas en tu vida una de tus debilidades, no le des la espalda, puede reaparecer con otra forma.
Sabiduría – Inteligencia
Actuar con inteligencia y astucia en la vida, manteniendo una actitud despierta y curiosa te entregará una gran alegría y un espíritu jovial.
Mantén tu mente despierta, ágil. Busca aprender cada día algo nuevo. Cambia de opinión constantemente dejando de alimentar los juicios, las creencias limitadoras y los miedos. No bloquees tus pensamientos, al contrario, con inteligencia, con un pensamiento activo, escucha la vida y desarrolla una gran apertura mental.
Amor
El amor es una cualidad maravillosa que a todo da vida. A través del sentimiento de Amor uno se enriquece y crece. El Amor no es una emoción, es un sentimiento transformador y completo. El Amor te entrega visión clara, gozo, plenitud y expande tu experiencia vital hasta mucho más allá de los límites de tu cuerpo, tu mente y tu ser. El Amor te permite vivir la unidad.
La verdadera alegría surge del Amor
El amor debe ser vivido a través de la experiencia, no se puede leer, no se puede escuchar, no se puede compartir ni aprender en un libro. Vivimos el Amor y dejamos de limitarnos.
El amor nace en la autoestima y se desarrolla en el respeto. Estas dos cualidades son parte inseparable del amor.
Cuando una persona no se ama a si misma, no puede amar a otras personas, podrá vivir apego, necesidades, ansiedad, angustia, pero no amor. Es imprescindible sentir amor propio para poder amar a otros.
Además, cuando una persona no se respeta y no respeta a otros, tampoco está sintiendo amor. La persona que pega, que golpea, que insulta, que menosprecia o juzga, no está amando. No significa esto que estas emociones sean incompatibles, sino que es imprescindible desarrollar una buena autoestima y trabajar el respeto para poder abrir nuestro corazón y sentir un verdadero Amor, libre de apegos, de miedos, de autoengaños o rencores.
Cuando una persona desea experimentar la vivencia del Amor en su corazón primero ha de despejar todas las emociones perturbadoras y desarrollar un espíritu completamente espontáneo y libre. Aceptarse, permitirse y experimentar la vida al completo.