Infancia y espiritualidad
La telepatía de un niño espiritual es muy diferente a la telepatía que conocemos. Es una telepatía sincera, transparente y basada en la comunicación a través del corazón.
Se habla mucho de los niños cristal, índigo, dorados, diamantes… pero ¿qué significa? ¿qué capacidades tiene cada uno? ¿qué retos?
Ante todo es bueno recordar que todos somos iguales, no hay diferencias entre un niño cristal, índigo, dorado o plateado, simplemente la misión y la energía que cada uno hemos decidido para un momento determinado de nuestra vida. Se trata de la energía que rodea al niño, el color de su aura, los chakras con los que trabaja, el tipo de dones o sensibilidad que tiene.
Estas energías pueden cambiar y en la mayoría de las veces, cambia hasta 3 y 4 veces a lo largo de la vida, un niño índigo se puede volver dorado, plateado o azul cuando llega el momento. No son denominaciones fijas ni hay forma de diferenciar y asegurar estas características. Puede que haya una tendencia que pueda ayudarnos a identificar a una persona, igual que hay épocas donde es más fácil encontrar personas con el aura de un color determinado.
Por otro lado, muchas cosas que nos rodean alteran la sensibilidad, afectando diréctamene en el sistema nervioso, eso más la adicción a la adrenalina y cómo afecta a la mente, pudiera ser que niños que presentan sensibiliades específicas fueran ocasionadas por trastornos nerviosos, o al contrario, personas con sesibilidad especial y dones, desaparezcan por problemas del hábitat, la alimentación o medicinas.
Niños telépatas
Telepatía del alma
La telepatía de un niño espiritual es muy diferente a la telepatía que conocemos. Es una telepatía sincera, transparente y basada en la comunicación a través del corazón.
Los niños espirituales sienten al otro como un hermano, como parte de uno mismo, lo aman, lo aceptan como es y lo animan a crecer desde el interior.
Esta es la telepatía de la que ellos hablan. Se presenta clara y sincera, no hay posibilidad de trama alguna y toda la experiencia y el mensaje recibido proviene del alma, del corazón.
Tampoco es necesario conocer a la persona para comunicarse con ella, solo ser un hermano de Luz o aceptarlo como tal.
La describirán como estar con la persona, en otro lugar de la imaginación, donde habitan todo lo que cada uno siente importante o valioso, y desde allí, construir una realidad, manejarla o cambiarla. Es un lugar al que pueden acceder a menudo y se trata de un espacio del alma.
En ese lugar se encuentran a aquellos que aman, a sus amigos o sus hermanos y con ellos se comunican abiertamente.
A veces intentan hablar todo por la mente, porque sienten que no hay secretos, que todo lo que digan puede ser escuchado y entendido. No tienen tanto ruido mental como lo que nosotros podemos conocer, así escuchan con facilidad el pensamiento ajeno y suelen mantener callados.
Trabajar con niños telépatas
Los niños telépatas suelen ser incómodos de tratar porque mantienen la boca cerrada y buscan siempre ser escuchados y entendidos desde el alma.
Además, en la mayoría de las ocasiones reconocen todos los “secretos” de otras personas, por lo que muchos adultos se sienten intimidados por ellos. Los egregores que acompañan a ciertos adultos se suelen enfurecer porque les captan y hacen que desconfíen del adulto en cuestión.
El trabajo no debería consistir en potenciar la cualidad, pues esto es innecesario a no ser que el adulto busque aprender del niño, sino en potenciar que crezca desde el corazón, la aceptación y el amor a sus hermanos. Solo así, el niño podrá controlar lo que le ocurre.
A veces estos niños se cansan de llamar mentalmente a las personas, o de expresar internamente lo que quieren decir, poco a poco se olvidan de que existe esta forma de comunicación y pueden cerrarse a mantener conversaciones a través del corazón o negar que se pueda. Para subsanar este problema, lo que se debe hacer es pedirles que viajen en el tiempo y el espacio, que logran encontrarse con sus amigos del alma, aquellos que aunque viven lejos, son como ellos.
Niños que recuerdan quiénes son
Quienes somos
Durante mucho tiempo, la historia ha trabajado duro para ocultar quienes somos, pero hoy, ahora, aparecen niños que lo recuerdan, recuerdan quienes son, lo dicen abiertamente, lo comparten, lo viven como algo sagrado en su interior.
Las personas no somos almas que habitamos la tierra únicamente, ni almas que repetimos vidas en el planeta tierra.
Somos viajeros.
Todos venimos de lejos, de las estrellas. Algunos nacen en planetas recónditos, pequeños, otros enormes galaxias, algunos son pequeños habitantes de los grandes soles y estrellas, otros sin más viajeros intrépidos que buscan aventuras desde su ser. Las personas somos la conciencia dormida de una pequeña parte de un Ser Celeste que nació, creció y vivió en todo el Universo y no únicamente en el planeta Tierra.
No daré aquí más detalles sobre esto, simplemente lo expongo.
El recuerdo del Ser
Los niños que recuerdan quienes son pueden hablar de que su hogar, o de donde ellos son, es un planeta diferente, que no hay árboles o que son de un Sol.
Cuando dibujen su planeta de origen pueden dibujar varios soles y a veces muchos delfines, no habrá diferencia, pues siempre se trata de niños de Luz con recuerdos conscientes. No son recuerdos falsos, aunque a veces puedan estar desligados a lo que la ciencia cree real, son recuerdos de otros planos donde la materia, la vida, la energía, todo es diferente a lo que conocemos.
A veces no hay casas en esos lugares pero los niños dibujan grandes edificios robotizados, claramente la imaginación y lo que conocen de esta vida está mezclándose con lo que reconocen, y poco a poco, con el tiempo, es posible que recuerden con más detalle quiénes son.
El recordar el Ser Celeste es una forma de tener conciencia de la hormiguita que somos en la Tierra y de la hermosa unión que siempre existe con Dios y con todo lo que es. No son importantes los recuerdos en sí, salvo algunas excepciones, sino el amor y el cariño que esos recuerdos inspiran.
Un viaje a casa
Para los adultos con curiosidad propongo que realicen un viaje a su verdadero Hogar, a su planeta o allí, al lugar donde sientan que provienen. No será un viaje largo en el tiempo, sino breve, silencioso y tranquilo.
Respira profundo y permite que todo quede a un lado de este momento. Abandona toda expectativa de tu mente, toda curiosidad egoísta y céntrate en el niño que juega en tu corazón, en la libertad de ser, en el Espacio.
Estamos así en el Espacio, es un lugar grande, inmenso, y sientes el silencio como algo sonoro, profundo, algo que ahuyenta todo lo que puedas pensar o creer, solo sientes que eres. Ves los planetas pequeños, las estrellas pequeñas, y todo eso ES, Dios está ahí, sientes esencia, sientes luz, inmensidad.
Pide al cielo que te transporte a tu verdadero hogar y al instante estarás cruzando el Espacio estelar. Rápidamente. Como una estrella fugaz.
Ya estas allí.
Es posible que primero veas una gran luz blanca o nada, simplemente siente el lugar, siente comodidad, descanso, acogida.
Despeja esa gran luz que ves y descubre ese lugar, siente: ¿cómo es? ¿hay árboles? ¿fuego? ¿llamaradas? ¿hay agua? ¿ballenas o delfines? ¿hay soles? ¿Cómo son algunos detalles, los que más te llaman la atención? ¿cómo es la vegetación en caso de que la haya? ¿cómo es la tierra? ¿roja? ¿negra? ¿blanca? Todo es posible pues el infinito Universo es precioso, amplio, increíble, no hay dos lugares iguales. Habrá semejanzas, pero no dos lugares idénticos.
Ahora, fíjate si te han venido a recibir ¿cómo son esos seres? ¿les conoces? Si te hablan ¿qué te dicen?
Trasmíteles tu mensaje de amor y agradéceles este momento.
Poco a poco regresa, vuelve poco a poco a tu cuerpo, con el sentimiento de gratitud y los recuerdos vivos y presentes.
Dibuja y describe ahora en lo posible la experiencia que has tenido.
Trabajar con niños que recuerdan quienes son
Existe un dicho interesante a tener muy en cuenta por todas las personas que trabajen con niños con cualidades especiales: La curiosidad mató al gato.
Esto significa que es mejor no preguntarles, no insistir en saber más allá de lo que ellos dicen. El buscar cierta información puede ser un llamado, no a la sabiduría celeste, sino al orgullo.
Permitid que sean los propios niños quienes se expresen cuando así lo sientan, que reciban información en su momento preciso y que no la busquen creyendo que las respuestas son la clave del crecimiento, pues no es así, para ser sinceros, las respuestas solo son maneras de entretener la mente, es el amor el único camino que conduce al despertar.
Niños que ven fallecidos
La muerte
Una de las cosas que más asusta a un padre o un adulto es un niño que diga ver y hablar con difuntos. Por ello dedico aquí un apartado especial que aunque breve puede ayudar a entender qué ocurre en estos planos.
Las personas tenemos diferentes cuerpos sutiles, no sólo un cuerpo físico y un alma, como bien sabemos, también tenemos el cuerpo astral, mental, causal, etérico, etc. Ocurre que no siempre fallecen todos los cuerpos a la vez ni todas las partes de uno mismo.
La muerte es un proceso lento y lleva un tiempo en los diferentes cuerpos. Un cuerpo etérico puede tardar unos 2 o 3 años en deshacerse, a veces incluso más, sobre todo si la persona recibe sanación o algún tratamiento energético para alargar su vida.
El cuerpo astral es un cuerpo muy sutil, puede fallecer en cuestión de minutos, pero a veces queda “enganchado” en experiencias internas pasar años o décadas hasta que termine de elevarse. Algunas personas incluso, cuando realizan trabajos para elevar su conciencia, pueden llegar a encontrarse con antiguos astrales de vidas pasadas que quedaron perdidos en la tierra, pero en este caso siempre se trata de personas que en aquellas vidas jugaron con la vida, la muerte y la magia para lograr eternidad o para quedarse en este plano manteniendo parte de lo que fueron, como en el caso de las momias y los faraones que buscaban eternidad.
El cuerpo emocional suele tardar unos 3 o 4 días en limpiarse y deshacerse, pero este cuerpo se agarra firmemente al cuerpo astral y etérico y no permite que la parte más consciente se desvincule de sus emociones más densas.
Entonces, cuando la persona fallece, mientras su cuerpo emocional continúe agarrado fuertemente a lo que fue, al ser de luz le costará mucho dar ese paso de vuelta al hogar y tenderá a revivir una y otra vez las mismas emociones.
Estos casos me refiero a personas adultas, a partir de 16 o 17 años, nunca antes, que han vivido fuertes traumas o han mantenido adiciones emocionales muy fuertes, como el caso de la ira, el miedo, grandes depresiones, orgullo… o que han vivido una muerte brusca, muy fuerte emocionalmente, y en último extremo, personas que a su alrededor, los parientes continúan agarrados al dolor de la separación y la culpa, avivando más sus emociones y manteniéndoles en un plano intermedio.
La despedida del alma
Lo normal y más adecuado es que la persona, justo tras fallecer, esté hasta 3 o 4 días despidiéndose de todos los lugares y personas con las que vivió. Esta despedida marca una separación, ayuda a desvincularse de todo lo que fue y permite al alma abrir las alas para elevarse al cielo.
Estos días pueden ocurrir en cualquier momento de un coma, justo tras el fallecimiento o meses y años tras la muerte, después de que la persona haya superado su tiempo viviendo entre planos.
La visión y el sentimiento de la presencias de un ser en este momento es claro, cercano y grato.
Se reconoce y se siente al instante su presencia, quién es y qué está haciendo. Se siente que esa persona está elevando sus alas, que está rodeada de presencia angélica con mucha luz, y se sabe que está despidiéndose, pero no alejándose para siempre, sino abrazándonos y agradeciendo los momentos de vida que pasamos juntos.
Esta despedida la viven los familiares y es muy probable que un niño espiritual o sensible capte estos momentos incluso antes de que se vayan a producir.
El fallecido con miedo
En muchas ocasiones podemos encontrar a seres a medio camino con miedo o un gran trauma posterior a la muerte. A veces es por el accidente que pudo haber, otras por la despedida y en la mayoría de las ocasiones, por la vivencia que hubo los meses antes de morir. Este tiempo se hace más difícil con el trauma que pueda vivir la familia.
La persona que ha fallecido a veces no recuerda su nombre, ni su pasado, ni sabe con detalle donde está, únicamente revive la emoción, el miedo. No reconoce a las personas pues su cuerpo mental se disipa, su mente se fue, su inteligencia se fue. Sólo queda experiencia pura.
En el caso de jóvenes hasta 20 años, pocas veces permiten que este tiempo sea mayor de 2 o 3 años, pero en el caso de adultos pueden pasar hasta 20 o 30 años antes de que partan completamente de la vida humana.
La manera de percibir a estos seres es muy diversa.
Si hace sólo unos pocos meses de su fallecimiento, conservará cuerpo etérico, será una presencia densa, perceptible. Tendrá ligeros recuerdos y a veces puede incluso creer que está vivo aunque soñando o perdido.
La visión es borrosa, como una sombra, a veces colores del traje, manchas rojas, grises u otras nubes de colores que no son más que colores del cuerpo emocional que interpretamos como trajes o manchas de sangre. Sólo los primeros días tras un fallecimiento podemos ver claramente el cuerpo de la persona tal cual fue, y nunca según quedó en el accidente o en el momento de la muerte, sino como estaba el cuerpo etérico.
Veremos gris y sombras por la densidad del plano donde se mantiene la persona y rara vez veremos sus pies, señal de que su cuerpo etérico se está disolviendo poco a poco.
Cuando vemos la sombra o a la persona claramente, pero rodeada de ligeras sombras con un movimiento rápido, se nos muestra que está viviendo en planos muy densos y atrapados por miedos muy profundos, para ayudar a que parta hay que deshacer toda esa oscuridad que hay en su interior.
Rara vez estas sombras se mueven y su movimiento es lento, casi siempre acompañado por el de la persona a quien siguen. Como observando una película se quedan estáticos en el tiempo y espacio. Así permiten que las emociones, el cuerpo etérico y los pensamientos vayan disolviéndose.
Aquellos que viven en lugares donde hay silencio, pureza y tranquilidad, rápidamente realizan este trabajo, aquellos que se mantienen en lugares con tensión, miedo o desgracias, continuarán más entre planos.
La otra forma de captarlos es cuando de pronto se siente un frio energético, como la presencia de algo sin vida, con ausencia de cuerpo y materia, esto viene junto con un sentimiento emocional muy fuerte que es aquello que está sintiendo el fallecido. Casi siempre es miedo, soledad, vacío…
Muchas veces se arriman a ciertas personas con una increíbles ganas de hablar, de conversar, otras veces su miedo les conduce a un lugar cálido, una persona con un aura cálida. Pueden mantenerse durante años entre planos y todo depende de lo que ellos quieran continuar viviendo sus emociones más pesadas.
Es importante señalar a los videntes, sobre todo el caso de niños, que para nada hay que “hablar” ni avivar su miedo, sino dejar que se pasen sus emociones.
Los entes, como siempre se ha llamado a las personas que fallecen, están en un sueño, perplejos y perdidos. No debemos tenerles miedo sino simplemente ayudarles a ascender, permitirles seguir su camino trasmitiéndoles paz a su espíritu.
Ellos se quedan enganchados a las grandes auras, brillantes y amorosas, es una ley hermosa natural para permitirles avanzar en su camino, por ello es normal que los niños, con un aura muy pura, les vean, les distingan y les sientan cerca, aquellos que han fallecido drásticamente realmente necesitan esa tranquilidad y alegría que actualmente pocos adultos mantenemos.
Es propio explicar esto al niño, básicamente a partir de los 8 años esta experiencia poco a poco se disipará según el niño deje atrás su inocencia y su pureza, pero en el caso de los pequeños maestros que mantienen esa luz en sí mismos durante toda su vida, continuarán viviendo esta experiencia.
Si el niño, joven o adulto de luz, mantiene su espíritu en alegría, en paz interior, rara vez contemplará ni sentirá entes a su alrededor, pues simplemente ascenderán ante toda la presencia angélica y la paz que tiene la persona y sólo en casos extremos de gran angustia o en lugares con una gran densidad, podrán sentir presencias de difuntos.
Lugares muy densos
En lugares muy densos, como ciudades sobre planicies, con baja altitud y con mucha densidad etérica, es normal ver muchos fallecidos, atascados, quietos y esperando.
En estos casos los niños suelen describirlos como si estuviesen en filas, o en las puertas esperando, ciegos y silenciosos.
Para limpiar estos lugares es bueno participar en grupo y que no haya niños en estas sanaciones.
Otros lugares con gran densidad son aquellos donde ha habido repetidos asesinatos o muertes en masas. En algunos templos antiguos o antiguos campos de batallas. Según la vida haya cambiado o los trabajos de limpieza que se hayan realizado, puede sanarse ese lugar o no, pero es muy normal que los niños más espirituales se pongan excesivamente nerviosos en antiguos templos o lugares arqueológicos turísticos donde antiguas civilizaciones acabaron en decadencia.
Fallecidos en sueños
Cuando los fallecidos se encuentran en los sueños, claramente están pidiendo ayuda. Se puede tratar de un ente que se enganchó a la persona y tras un tiempo a su lado pide liberación desde su ser celeste.
Rara vez se presenta el alma o ser celeste y pide a la persona que libere su parte más densa de un plano intermedio, pues esto no suele ser entendido, sin embargo sí se presenta con una fuerte densidad en el sueño para señalar que algo está ocurriendo, para pedir que actúe.
A raíz de un sueño con una entidad podemos hacer un trabajo de sanación con la familia del fallecido, un trabajo de sanación con el fallecido y tras esto, un trabajo de limpieza con la persona que ha tenido el sueño.
Cuando el fallecido que a aparecido en el sueño no parece realmente una persona que alguna vez vivió es probable que se trate de una entidad del bajo astral que se encuentra atrapada en el aura del soñante. Igual que antes realizamos una limpieza y revisamos el comportamiento personal, las actitudes y comportamientos que estamos teniendo para que una entidad se mantenga a nuestro lado y nos purificamos de todo aquello que nos ciegue el corazón o nos autoengañe.
Trabajar con niños que ven fallecidos
En un trabajo con niños o personas que ven fallecidos, lo principal es recordar a la persona a tener fe en el alma y el espíritu divino de todo lo que existe. Recordarles que todo tiene su sentido y que el fallecimiento no es eso que ven.
La muerte realmente es algo muy bello, es actualmente y en ciertas culturas que no sabemos en qué consiste la muerte, las personas tienen miedo, sienten ruptura, separación y olvido cuando hay amor, unión álmica.
Existen lugares y personas que mantienen enseñanzas de una muerte consciente, ágil. No es posible que de una cultura a otra haya una diferencia tan extrema, y es en el corazón, en la esencia del ser, donde debemos permanecer para encontrar sentido a lo que ocurre. Aquellas personas que prefieren mantener su mirada en lo efímero, es muy probable que se pierdan y no encuentren sentido a su realidad.
Un fallecido ya no es la misma persona que fue, es una parte de aquella persona, el alma, sutil y amorosa, rápidamente alza el vuelo hacia el hogar, pero las partes de la conciencia más densas y menos preparadas para morir, son las que se quedan ancladas entre planos.
A veces incluso, antes del verdadero fallecimiento, el alma ya alzó el vuelo, ya partió al hogar con la familia angélica de luz, y solo una parte pequeñísima de la conciencia y de uno mismo es la que se queda en tierra para vivir el final de la vida. No es necesario ni si quiera que se viva ese sufrimiento de la muerte pues muchas personas ni lo sienten.
Las películas, las novelas y la historia, ha cambiado el significado de la realidad, y no es el dolor o el sufrimiento lo que hace que una muerte sea dura o difícil, sino la emoción personal de aquel momento.
Niños que ven devas y elementales
Los devas y los elementales
Existen los devas y los elementales. Siempre existieron y siempre formarán parte de la vida en la Tierra. Ellos crean y confrontan el gran entramado de la realidad, son la energía vital que da aliento a la Tierra.
Verlos y sentirlos es una experiencia personal que se puede generalizar y globalizar cuando la visión ya es muy clara. Pero al principio, cada persona experimenta una visión personal, única.
Niños y devas
Los devas se reconocen como los seres angélicos del planeta. Ellos soplan la vida sobre la realidad. Pocas veces hablan a las personas más que cuando tienen un mensaje o una enseñanza.
No hay dos ángeles iguales y no se identifican más allá de tu amigo, tu ángel o tu guardián. Pocas veces dan nombres pues no los necesitan, ellos son todos Uno y están al servicio de la Luz entregándose incondicionalmente al Amor y al mensaje divino de unidad.
Los niños ven a los devas desde el nacimiento y pocos son los que recuerdan esta visión pero ya desde el primer día de vida, el ser que viene a la vida con claridad puede ver e identificar los ángeles y arcángeles que acompañan a las personas o a él o ella.
Los ven de colores, como luces o esferas de luz, grandes y pequeños, normalmente por encima de las personas, cuando estas están enfermas o arrastran algún trauma les verán a su lado. No suelen hablar, solo les sonríen en amor, abrazan y saludan mostrando toda su luz y calor.
Los niños que hablan con ángeles es porque reciben mensajes de aliento, suelen ser breves, concisos, a veces enseñanzas y casi siempre en momentos de serenidad, de claridad. Los reciben con una gran certeza y no son mensajes extravagantes sino más bien aclaraciones y palabras de alivio.
Los ángeles no mantienen conversaciones salvo rara vez, casi siempre dan su mensaje, lo más breve posible, y se ponen a un lado de la vida. Cuando un mensaje de un ángel es largo, hablo de más de 4 frases, es porque la persona lo va a transcribir o a compartir de algún modo. De otra forma no darían un mensaje pues sería información que se perdería. Tampoco dan información efímera, solo destellos de luz para el corazón.
Los niños siempre están rodeados de muchos ángeles, sobre todo hasta los 7 y 8 años, momento en que el cuerpo emocional está acabando de formarse. Esta edad es clave para trabajar con el niño la compasión, la unión y el sentimiento de hermandad. La conciencia despierta en la persona, se forma el Yo, el niño vive en creatividad, en la conciencia del alma y puede reconocer e identificarlo, y a la vez, se forman las emociones, se crea la historia, el verdadero rol que identificará a la persona durante su vida.
Niños y Elementales
Los Elementales son aquellos seres que trabajan en la formación de la vida etérica, astral y mental. Son mucho más cercanos a las personas por sus emociones, experiencias, energía…
Ciertos elementales son de una gran sutileza y muy pocas personas pueden tener contacto con ellos, otro en cambio son densos e imitan las decadencias humanas.
Los niños que se comunican con los elementales saben cuándo va a llover, se paran ante un río antes de bañarse y reconocen que en el océano hay algo mucho más grande que ballenas. Son sensibles en el bosque y sonríen ante las flores.
Niños bendecidos por los elementales
Como caso especial encontramos niños que siempre son acompañados por muchos elementales y devas. Siempre tienen hadas a su alrededor, duendes del dinero y la fortuna, siempre les acompaña la suerte, el amor, los minerales a su lado brillan más y de una forma u otra consiguen lo que desean.
Son personas con cierta alegría que puede parecer inocente, pícaros en muchos casos y amorosos y sensibles en el fondo. Necesitan de la naturaleza para vivir, el monte cuanto más alto mejor, los ríos fríos y las corrientes de agua. Necesitan caminar sobre la tierra y sentir tranquilidad y vida.
Incluso a veces pueden tener un unicornio cerca o un silfo trayendo lluvia en el momento oportuno.
Se trata de una bendición, son personas que trabajan en alimentar el planeta tierra. Con su amor, traen energía Celeste a la Tierra y son recompensados por estos seres, quienes les acompañan para que no les falte fortuna, suerte, alegría o buenas amistades.
Estos seres se pueden convertir en buena compañía en estos casos, pero aquí, se podrá comprobar cómo no hay conversación, sino revoloteo, comprensión, alegría, o silencio.
Cuando cortar la comunicación
Es posible mantener conversaciones con ciertos elementales, pero algunos, al igual que las personas, tienen adiciones emocionales y se pueden llegar a “enganchar” a la vida humana apegándose a su amigo o amiga y no permitiendo que llegue a crecer. De estos amigos hay que desenganchar a los niños.
Es importante que los niños que tienen contacto con elementales sepan que existen algunos duendes y hadas, que querrán hacerse más amigos de ellos, y tienen que permitirles y dejarles ser libres.
Los elementales tienen una labor planetaria, trabajan en la formación de la materia etérica, astral, emocional, mental… en el planeta el hombre ha dedicado sus últimos años a destruir esa materia, esas creaciones dévicas y elementales. Esto ha originado que muchos elementales pierdan su rumbo y se identifiquen con sentimientos y emociones sociales humanos. Igual que existen elementales para los bosques, también los hay para las ciudades, para las casas, el cemento tiene elementales propios y no son tan comunicativos ni hermosos como las hadas de las flores. Los bonsáis tienen su propio duende y suelen ser traicioneros y caprichosos, igual ciertas plantas de jardín manipuladas y retorcidas.
El comunicarse con unos elementales u otros cambia radicalmente para una persona. Por ello recomiendo animar al niño o la niña a que comparta esa comunicación, esas conversaciones, y a partir de los resultados de esas conversaciones o encuentros, cortar la comunicación o no.
Los niños han de aprender que cada uno tiene su lugar, su reino y su labor y hay que permitir que los duendes sigan su camino, se queden en los bosques, en el jardín de la casa, en las fuentes, en el cielo, en el océano…
Trabajar con niños que se comunican con devas y elementales
Un buen trabajo consiste en aprender a distinguir lugares energéticos, seres o personas que también tienen se comunican con elementales y devas.
El trabajo consiste en la observación, no en la comunicación. En la exploración de lugares y los seres que habitan en ellos y luego la diferenciación de unos y otros.
Luego, la lectura de leyendas y cuentos sobre elementales puede ayudar a comprender como diferentes culturas de todos los tiempos han reconocido a estos seres, los han visto, diferenciado e incluso se han comunicado con ellos.
El dibujar a estos seres, sobre todo a hadas o ángeles, ayuda a abrir las puertas del corazón al amor y la serenidad.
Trabajo avanzado
Como trabajo avanzado está el visualizar los elementales según el medio, los silfos ante las tormentas, las ondinas de los ríos u otros característicos y entablas una comunicación sencilla. Algo ingenuo y fácil como preguntar el motivo de su presencia.
Luego se puede pedir a los silfos que se alejen en caso de que no queramos una tormenta, o a los elementales del fuego que se aparten y se aflojen.
Podemos también pedir que nos muestren su lugar de descanso o que canten para nosotros en caso de que estemos trabajando con adolescentes.
El trabajo de comunicación no es recomendable hacerlo con menores de 8 años sino son niños que ya han tenido comunicación directa con estos seres y sean muy despiertos.
Niños que escuchan en el silencio
La escucha desde el corazón
Escuchar activamente el Universo, las demás personas y todos los seres, eso es escuchar en el silencio. Es un acto que requiere escuchar con el corazón, abiertamente, y experimentar la unión íntima que existe entre todo lo que ES.
Escuchar en el silencio requiere respeto, unión, compasión y amor. Se puede trabajar, aprender a reconocer esta cualidad y ayudar a otras personas con ella.
Cuando ante otra persona practicamos la escucha, estamos abriendo nuestro corazón a su experiencia, estamos
Diferenciación
Muchos Niños de Luz muestran esta característica sobre todo con animales y plantas. Parece que tienen una unión especial con ellos, que los entienden. Se puede escuchar un silencio entre ambos, un espacio de sumo respeto y conocimiento.
Estos niños cuando pasan entre los árboles, extienden sus brazos acariciando aparentemente el aura del árbol. Suelen entristecerse o ponerse serios ante las heridas y traumas del tronco y buscan el agujero del centenario roble para poder hablar al corazón del viejo árbol. No les duele cuando cortan una rama, les asusta, pero sienten profundamente los cortes grandes, las heridas, la falta de aire puro o de luz solar.
Con los pájaros a veces parece que les siguen o que les hablan y con perros y gatos pueden mostrar un comportamiento parecido.
A veces no soportan ciertos animales, porque no los entienden, puede ser el caso sobretodo de animales domésticos como los perros, los cuales durante generaciones han sido diferenciados artificialmente para crear las razas que conocemos y genéticamente a veces tienen posibilidad de entrar en psicosis o claustrofobia. Los niños sensibles pueden reconocer ese cráneo que sostiene y presiona el cerebro creando irritabilidad, tensión, a veces sumisión, a veces locura.
Ante las personas, los niños que saben escuchar el silencio, no parecen interesados. Sin embargo es porque esta cualidad no se utiliza para escuchar el ruido mental, sino para escuchar el corazón. Es irreal que el corazón esté triste o se sienta solo por lo que a veces las personas dicen, los traumas y las verdaderas heridas, en la mayoría de los casos yacen en el subconsciente, otras veces en el alma escondida.
No es necesario escuchar la mente humana, ni contemplar los actos de una persona para entrar en su corazón y abrazar a su ser. Sólo es necesaria la intención de amarla y dejar a un lado nuestras intenciones egoístas.
Trabajar con niños que saben escuchar
Lo primero es que el niño sepa que realmente el árbol, el ave, la luz, la partícula, todo tiene voz. No tiene una voz como la de un humano ni dirá nada parecido a lo que la mente pueda decir, simplemente es como un susurro, un sentimiento.
Nos podemos tumbar al lado de un árbol y sentir, y nos paramos sólo a sentir. Luego nos llegará ese silencio acompañado de un soplo interior, un sentimiento, una herida, un abrazo, un alivio… así entendemos qué nos dice el árbol.
Igual nos sentamos en el centro de un prado, y allí, ante nosotros, estará parado el duende jefe del prado, observándonos, lo podemos sentir y al sentirlo sabemos que su voz cuenta por todas las flores que allí habitan. Y nos mostrará si está enfadado porque le han pisado las flores, o porque hay pocas mariposas este año, o porque el viento sopla muy deprisa y muy frio y no es adecuado, o tal vez nos invite a reír en su inmensa alegría, a sentir su libertad.
Los niños han de saber que esto es posible, que es real, no es un juego ni una ilusión. Esto les dará confianza en sí mismos y a partir de esta confianza se puede avanzar.
Prácticas avanzadas
Igual que podemos sentir un árbol, podemos hablar con las células de una persona, observarlas y sentirlas, podemos hablar con un pelo, con una partícula, podemos entender el firmamento, su origen, su destino.
La vida es como una melodía, cada sonido, cada nota musical, tiene correlación con todo el resto. Sintiendo y escuchando el dolor o la luz o el miedo o el amor de un solo cabello de una persona, podemos comprender todos los misterios de esa persona, toda su historia, toda su melodía.
Esto puede parecer un juego, pero a nivel molecular muestra una aventura muy interesante que puede llevarnos a comprender y estudiar los desafíos de los átomos y las moléculas ¿Quiénes somos? ¿De qué estamos formados? ¿Qué se ve desde dentro de las cosas? ¿Dónde se dirige el Universo? Todas estas respuestas están en la partícula.
Por ello sería una práctica hermosa, llegar al centro, a la esencia de algo, y buscar el sentido para ese algo, buscar su energía vital y comprenderla y amarla siendo parte de Todo lo que ES.
Más allá de esto, en silencio, podemos sentir y trabajar con lo que nosotros somos, con nuestro cuerpo material, con un pensamiento nuestro, con una idea o con un sentimiento, y vernos y sentirnos en esa parte de nosotros, pues esa parte es un Todo y nosotros somos ese Todo también. Aceptarnos y amarnos es un camino para llegar a lo que de verdad somos.
Niños empáticos
Características
Las personas con energía empática rápidamente copian el aura y las energías ajenas. Así, todos sus bloqueos, problemas tanto físicos como emocionales o mentales, son tal cual los tenían otros en su infancia.
Su aura se muestra cambiante y normalmente tienen bloqueos exactos a los de sus padres adquiriendo las mismas posturas y formas corpóreas debido a los mismos bloqueos en los mismos lugares.
La llegada de niños empáticos
Estamos ante unos sanadores kármicos especiales. Estas personas, en idas y venidas de sus diferentes vidas, han descubierto desde su Ser que la mejor forma de sanar y ayudar al otro a salir de su caparazón, es entrando dentro del otro, siendo el otro, y ¿qué mejor forma que convertirnos en él?
Las consecuencias son una vida de sufrimientos ajenos. Estos pesares, para las personas empáticas no son apenas dolorosos. Rápidamente sienten el dolor de muelas que tiene la persona sentada a su lado en el autobús, incluso antes de ver hinchazón o alguna señal, pero también rápidamente pueden sanarlo en sí mismos ayudando a su compañero a sanarlo igualmente.
Lo mismo ocurre con los padres, amigos o vecinos, se encargan de recoger sus pesares o problemas, sentirlos en sí mismos y rápidamente sanarlos.
Ocurre que cuando un niño empático se niega a sanar un problema ajeno, ya sea de uno de sus padres, hermanos o amigos, ese problema se queda en él y puede permanecer a su lado incluso toda la vida. Por ello es de vital importancia que distingan cuando el problema es de ellos o es ajeno, cuando realmente están en una situación que saben desenvolverse y sanar.
Aquellos problemas que más les costará superar, son los problemas de sus progenitores, pues ellos los sienten como problemas propios y los asimilan desde la más tierna infancia. Pueden asimilar los mismos pensamientos, valores o incluso actitudes en la vida, y si no reconocen el error en el otro, difícilmente comprenderán lo que ocurrió y difícilmente lo aceptarán y lo superarán.
Desde el amor y la entrega en su propia vida, estas personas vienen a sanar los comportamientos y las actitudes en la vida, son almas entregadas a una nueva forma de vivir en la que todos vivimos lo mismo, pues todos somos UNO.
Trabajar con empatía
Es muy bueno potenciar en los niños empáticos el trabajo en equipo, con niños en todos los momentos. Que aprendan a reconocer a sus compañeros, sus sentimientos y comportamientos y cómo estos les afectan en su día a día.
A veces requieren una atención especial, una mayor dosis de cariño, pues un niño empático, fácilmente siente la represión y la agresión de los padres sobre sus compañeros, o siente los insultos sobre los otros o la desgana y el miedo de los otros niños o adultos. A veces con mostrar un poco de amor se sana este sentimiento ajeno, otras veces con sólo estar a su lado o darles la mano ya se sienten seguros y pueden controlar mejor lo que sienten.
No es bueno que hagan un excesivo ejercicio físico pues no han de desahogar la emoción ni soltar la energía contenida, sino simplemente aprender a dirigirla, aprender a diferenciar entre la emoción propia y la ajena y el miedo propio y el ajeno, y esto es mejor hacerlo con ejercicio pausado, tranquilo y en armonía.
Aura violeta
Características
Las personas con aura violeta son de gran espiritualidad y su trabajo, aunque invisible, es constante.
Suelen ser de una personalidad cambiante y a su lado nos encontramos personas en crisis, enfermas o en épocas de cambio.
Siempre cambian su alrededor y viven constantemente en una cima de energía. La mayoría de las personas, igual que el planeta, ascendemos y descendemos en ciclos naturales con nuestras emociones, nuestros estados anímicos, nuestra mente, nuestro cuerpo… las personas con el aura violeta tienen la capacidad de encontrarse, energéticamente, siempre en la cima, justo en la época de cambio, esto hace que sus ciclos sean muy breves y rápidamente pasen de ser personas muy tristes y desgraciadas a ser las personas más felices del mundo.
La llegada de niños con aura violeta
No importa si nos parece adecuado o si no, si creemos que es bueno o malo o si nos gustaría que fuese así, cuando una persona violeta irrumpe en nuestras vidas, viene preparada para cambiarnos, para transmutar nuestra vida de arriba abajo.
Los cambios nunca son fáciles y las personas que trabajan en el rayo violeta reconocen que esto es así, se han acostumbrado a ver a las personas en la negación del cambio, en la negación de la vida, y poco a poco se han convertido en jóvenes adultos. Los violetas son personas sensatas, ya sean de la edad que sea, son maduras y conocen las consecuencias de los cambios en la vida de las personas.
A su lado las personas se acercan y se alejan rápidamente, cuando energéticamente se ha realizado el trabajo, son empujadas hacia otro lado. Esto hace que los niños violetas se sientan solitarios, abandonados y excluidos, realmente lo están pero porque también es adecuado que lo estén. Muchas veces pueden ver acercarse a los amigos en las peores condiciones y alejarse con la vida resuelta y una gran alegría, y esta es la recompensa, el saber que han hecho un trabajo de luz, conscientes o inconscientemente, han ayudado a dar un paso adelante a alguien más.
El trabajo con energía violeta
Los niños violeta necesitan ejercicios físico para desahogarse y soltar la energía y las emociones contenidas. Funcionan muy bien en trabajos de equipos, muchas veces competitivos como deportes de equipos. Esto es debido a que no tienen noción de quién es mejor o peor, saben desde su interior que un día ganan unos pero otro día pueden ganar otros. No les importa perder salvo cuando sus emociones contenidas son muy negativas.
Sienten miedo a la soledad y al vacio por lo que es necesario llenarles de luz su vacio interior, mostrarles una ventana al infinito amor de su corazón y enseñarles como nadie, en ningún lugar del Universo, puede estar solo.
Aprenden con mucha facilidad pues están habituados a los cambios.
Aura rosa
Características
Un tipo de niños cristal son aquellos que tienden a tener el aura rosada o completamente rosa. Son niños y niñas especialmente sensibles y muy cariñosos.
Suelen estar rodeados de hadas y tras ellos casi siempre hay un ángel con una gran energía femenina materna que potencia aun más la energía rosa de amor y armonía.
La llegada de niños rosa:
Casi todos los niños rosas son maestros dorados o cristales que se tiñen temporalmente de esta energía trabajando con el rayo rosa. En extrañas ocasiones son personas que trabajan únicamente con el rayo rosa.
Las personas del rayo rosa son extremadamente sensibles, llenas de luz, de ilusión por todo, con una mirada de ensoñación y mucho cariño hacia todo lo que hacen y hacia todas las personas.
Su energía es capaz de limpiar lo más negro y denso que pueda haber, pero para ello se requiere que estén tranquilos, seguros de sí mismos y en armonía.
Hablan con los animales, los minerales, las plantas e incluso con el agua. Sienten la enfermedad ajena, en personas, animales, plantas y cosas, pues son capaces de sanarla.
La llegada de los niños con aura rosa
Desde hace más de 2000 años en occidente y más de 4000 en oriente, nacen personas en la Tierra con el aura completamente rosa, ya antes incluso, aunque antes de este tiempo era muy difícil que sobreviviesen muchos años.
No se trata de una oleada especial sino de grandes sanadores que con la fuerza del Amor incondicional ayudaban a las familias a sanar heridas kármicas muy graves entregando su vida en misión de Amor.
Hoy en día se trata de personas, no que vayan a sanar a las personas, si no que van a sanar el planeta Gaia. Por ello son fuertemente sensibles a todo lo que ocurre en el planeta, sienten las heridas internas de la Tierra y sienten las almas llorar.
Trabajar con energía rosa
Trabajar con niños o personas tan sensibles no es nada fácil, sobre todo porque pueden sentir incluso las heridas de los árboles o la tristeza de un río contaminado. Es importante que en la medida de lo posible ellos sepan de esta sensibilidad, sepan que todo es un gran Ser Viviente que les puede hablar, no con palabras, ni con raciocinio, sino con una voz interna, oculta, de compenetración, amor y conciencia. Ellos pueden sentir la voz del agua, la voz de los ríos, de la lluvia, el porqué de un terremoto… Solo siendo conscientes de esta voz, de esta energía y esta unión entre todo lo que es que permite la comunicación con Dios de forma constante y consciente, podrán saber qué les ocurre, porqué de pronto están tan traspuestos, tristes o porqué a veces la alegría les llena cuando un Maestro de Luz en la otra punta del planeta está naciendo.
Potenciar este amor hacia todo lo que es y esta conexión divina les dará las respuestas que necesitan para su vida.
Estos niños piden y necesitan soledad, en el silencio se comunican y normalmente no son muy habladores sino buenos escuchas.
Su aura se ensucia con facilidad de odio, ira y rabia y no se siente en ellos esta emoción, pero ellos si se sienten sucios por sentir el odio y la ira ajena. Es bueno que sepan identificar entre sus emociones y las ajenas.
Al ser tan puros, tan silenciosos y armoniosos, en algunos centros educativos les consideran retrasados o lentos cuando en verdad no les interesa “competir” por un título o una nota mayor, simplemente están agradecidos de la oportunidad de asistir al centro con sus compañeros. Se ha de tener cuidado en este tema pues, por mucho que se les insista, no competirán ni intentarán ser mejores, simplemente agradecerán a Dios por tener lo que ya tienen.
Todas las actividades posibles es mejor hacerlas en la naturaleza, sienten tristeza en las ciudades y el asfalto les produce miedo. Sienten la tierra triste bajo el asfalto. Tampoco les gustan los lugares cerrados pues son antinaturales.
Les suelen acompañar las hadas y los duendes por lo que se les puede potenciar el conocimiento de estos seres pero no su contacto, simplemente el saber que ellos están a su lado.
Aura verde
Características
La energía verde en el aura entrega cualidades de servicio. Suele contener tonos dorados cuando el trabajo se lleva a cabo.
Todo su potencial crece cuando sienten que están dando un servicio a la humanidad, al contrario, se vuelven huraños, egoístas y agresivos cuando no encuentran oportunidad de ayudar a otros.
La llegada de niños con aura verde
Para realizar una labor de sanación familiar, de ayuda en la comunidad y más allá para potenciar el crecimiento y el desarrollo de sus hermanos y de todas las personas, nacen niños con el aura verde, con una gran predisposición para dar todo de sí mismos.
No suelen ser comprendidos en su entorno y esto hace que les cueste arraigar sus valores de entrega incondicional.
Los niños verdes siempre están dispuestos a dar, a ayudar en casa, en el colegio, a sus compañeros o a sus hermanos. Pero si en el hogar o en el colegio no se les permite colaborar o ayudar, o se les enseña que es mejor no dar ni ayudar a otros, sino ayudarse únicamente a uno mismo y a los más cercanos, poco a poco se cierran y se vuelven cada vez más huraños, más egoístas, llegando a tocar los extremos.
Estas personas, cuando entregan, les sobra la prosperidad pues su aura se tiñe con tonos dorados y chispitas que atraen el dinero y la buena suerte, en cambio, cuando no entregan, cuando se cierran en sí mismas, su aura se tiñe con tonos grises y comienzan a sentir odio y enojo hacia todo lo que les rodea.
Trabajo con aura verde
Posiblemente entre los niños más complicados de tratar estén los niños con el aura verde.
Tanto si el aura está limpia como si no, es importante pedirles participación, preguntarles si quieren colaborar en diferentes tareas según su edad y su capacidad y no negarles un voto de confianza, sino permitir que ellos crezcan en su rol de colaborador.
Necesitan sentirse útiles pero no deben ser admirados por su trabajo por encima de lo que hagan otros niños, simplemente animados a ser parte de la acción.
En todo momento es necesario que trabajen con otros niños y que potencien la colaboración y el trabajo en equipo.
Con el tiempo, una persona con el aura verde en equilibrio, tiende a estar dorada, le llega a la vida prosperidad y es fácil que trabaje en grupos competitivos donde fluya la creatividad y el sentimiento de igualdad.
Cualquier trabajo dirigido a potenciar este sentimiento de cooperación es adecuado para este tipo de personas.
Canalizadores
Características
Son niños capaces de traer mensajes, energía o información de diferentes planos. Son fuertemente sensitivos y pueden traducir cualquier mensaje oculto.
Los índigos y dorados son grandes canalizadores pero para ser un buen mensajero, es necesario haber desarrollado la capacidad de discernir y realizar un trabajo diario para lograr un equilibrio personal.
Niños canalizadores
Son pocos los niños canalizadores pues rara vez las almas deciden este tipo de misión desde la infancia. Normalmente los mismos niños videntes y clarividentes desarrollan capacidades de interpretar el mensaje de aquellos seres que perciben en su entorno, o los niños con capacidades sanadoras pueden recibir energía divina desde planos muy sutiles, pero la canalización en sí es muy difícil que aparezca de forma natural en un niño.
Trabajo con niños canalizadores
No es adecuado potenciar la canalización en niños o adolescentes, sino permitir que surja de forma natural y ayudarles a diferenciar y a trabajar para que en ningún caso les ocasione un problema o les absorba de alguna forma el hecho de canalizar.
El trabajo interior, el discernimiento, el trabajo en la humildad, siempre con personas cerca que trabajen de la misma forma y no juzguen los procesos internos del otro, son importantes en la medida en que un niño esté accediendo a planos desconocidos.
Es importante trabajar con otros niños, sobre todo en entornos naturales para trabajar el chakra raíz y asentarse bien en tierra.
En trabajos de concentración y meditación, aprender a callar la mente y tener conciencia de uno mismo, de lo que se siente desde los diferentes cuerpos sutiles y en los diferentes entornos.
Como ejercicio, es muy bueno bañarse en un río con agua fresca, natural y limpia. Para limpiar los canales a la vez que despejar la mente y centrarse en uno mismo.
Por último, aprender a respirar, a controlar el miedo y las propias emociones y sobre todo trabajar el amor y el corazón.
Videntes y clarividentes
Características
La capacidad de visión no puede ser medida en base al color del aura o la capacidad psíquica de la persona. Todos podemos desarrollar la videncia o clarividencia, solo es cuestión de apertura mental y trabajo interior.
Existen dos tipos básicos de videncia o clarividencia:
La primera es una visión desde el tercer ojo. Esta capacidad se desarrolla desde muy antiguamente en la mayoría de las escuelas esotéricas del planeta. Está basada en el conocimiento de planos sutiles y el descubrimiento del astral y el plano mental. Es una visión limitada pues solo nos muestra aquello que desde estos planos podemos alcanzar a ver o imaginar. Las personas con este tipo de visión con facilidad son médium, canalizadores o telépatas.
El segundo tipo de videncia está basada en la visión desde el corazón. La mayoría de los niños nacen con una gran energía amorosa y logran ver a través del corazón y no desde la mente. La visión desde el corazón es capaz de diferenciar todo, no hay límites, no hay planos ni divisiones, ni mentiras posibles. El corazón es constante y ante él, nada se puede ocultar. Esta visión se trabaja desde el silencio interior, desde la paz y el amor incondicional.
La llegada de niños videntes
Al igual que otras capacidades, la apertura mental hacia todo lo que puede ser, hace posible la visión de reinos, planos o seres de otras dimensiones. Se trata de una apertura natural a lo que es que coincide con la caída de los velos que los padres y las personas que trabajan en la Tierra están sintiendo.
Los niños videntes nos muestran posibilidades, algunas reales y otras no, se trata de planos donde todo es posible, pero hay que estar alerta pues la visión a otros planos puede conducir a la pérdida del sentido en la vida cotidiana. Coexistimos entre planos, algunos de ellos están en equilibrio, otros no se reconocen apenas, otros trabajan en común acuerdo, simplemente tenemos que aprender a formar parte del todo, no intentar apartarnos de nuestra realidad y comprender que existen otras muchas que nos alimentan algunas, nos apartan de nuestro centro otras, todo depende del equilibrio en nosotros mismos.
Trabajar con niños videntes
Los niños videntes necesitan un entorno de paz, de luz, donde no falte un altar de luz, a ser posibles cuarzos y mucha mucha armonía.
Cuando los adultos entramos en pasiones y emociones densas como discusiones o enamoramientos completamente pasionales, atraemos entidades que juegan un papel de absorción de energía, entidades visibles para estos niños. Los videntes son capaces de percibir claramente estas entidades y logran entrar en estados de pánico.
Muchos niños videntes se despiertan con el miedo de que “quieren robarles su energía” o quieren hacerles daño. Otros con el susto de haber visto entidades muy desagradables, fallecidos pidiéndoles ayuda o incluso niños atrapados en submundos. Todo lo que puedan ver no se trata más que de aquellas entidades que los adultos de su alrededor están atrayendo con su comportamiento y sus emociones en el día a día. No es verdad que les vayan a robar tal y como ellos lo dicen, ni que lo que vean son fallecidos, en muchos casos simplemente son otras entidades o egregores disfrazados, sino que son aquellas entidades atraídas por los enojos de los adultos, por sus miedos o depresiones, que ven la capacidad del niño e intentan llamarle la atención. En casos extremos, sí existen niños que han de superar el miedo, pero en la mayoría de los casos se trata de entidades atraídas por el entorno del niño.
Por ello es indispensable analizar el entorno, analizar el comportamiento real y los sentimientos de los allegados, con sinceridad y descubriendo los matices. Un buen ejercicio es trabajar con los adultos que rodean al niño y pedirles que hagan una breve meditación, de cinco minutos como mucho, e intenten el silencio interior, intenten acallar todos los pensamientos, pero que sean sinceros. ¿Qué pensamientos están escuchando?, ¿cuáles no logran callar?, ¿sienten alguna entidad presionándoles a abandonar el ejercicio? ¿sienten algún rencor o algún pensamiento negativo hacia el niño que no logran escuchar normalmente?
Estos pensamientos son atraídos de las entidades que rodean esos vicios emocionales, esas adiciones que todos tenemos, y claramente nos señalan aquello que no es correcto. Realizar este trabajo y aceptar los resultados puede ayudar en gran medida al niño y a su familia.
El convivir con un niño vidente no es fácil, sobre todo pues el mismo niño no sabe exactamente qué es aquello que ve real y qué es irreal, y posiblemente en toda su infancia no logre diferenciarlo apenas. Enseñar a discernir es de vital importancia.
Lo real no es aquello que “concuerda” con el pensamiento, ni lo que nos hace “vibrar” pues esa vibración puede ser provocada por una entidad emocional, lo real es aquello que, cuando viajamos a nuestro corazón, lo encontramos tal cual, aquello que sentimos desde nuestro Ser, no como una vibración densa, o como un torrente emocional, sino con la certeza del alma.
Un niño difícilmente puede diferenciar esta realidad de la ilusión pues su cuerpo emocional se está formando y no logra entender la diferencia entre los pensamientos, las emociones y los sentimientos, pero se le puede mostrar el camino hacia el alma, el camino hacia la felicidad plena de su ser, el trabajo en la sonrisa del alma, en la alegría plena, y desde ahí, desde este sentimiento de sentirse completo, aprender a observar el mundo, en paz, en completa calma, y descubrirlo. Entonces comprenderá que la verdad nunca estuvo oculta, que es más, siempre supo con certeza lo que estaba ocurriendo. No habrá lucha por saber más, no habrá desilusión ni falsedad en esta visión, pues es una visión desde la plenitud del uno mismo, desde la consciencia.
Trabajar con un niño vidente está basado en el descubrimiento del otro mundo, el mundo “real”. Descubrir las mariposas, las hadas, las flores, la semilla de luz en cada planta, la aureola en la cabeza de las personas, las manos de luz, las manos de un sanador, descubrir las naves, los ángeles, las estrellas tras las estrellas y el cielo verdadero, dibujarlo, explicarlo y comprender aquello que somos, nuestra esencia. Existen miles de posibilidades en este descubrimiento, negarlo, trabajar en la negación o en el apartar de la mente cualquier intento de comprender el mundo más allá de lo que aparentemente el mundo es, no hace más que funcionar como un rechazo constante del niño hacia lo que por naturaleza es. En el trabajo con otros niños o en grupo es importante que no se fomente en exceso la visión, que se trabaje otras áreas, como la sensibilidad, la comunicación con los otros seres como las plantas, las aves o las piedras incluso, también el trabajo en otros idiomas o el recordar vidas pasadas y sanarlas. Esto ayuda a un vidente a descubrir que existen muchas formas de ver el mundo y no todas son imágenes o son comprensibles para la mente.
Psíquicos
Características
Son niños que utilizan los dos lados del cerebro a la vez de forma equilibrada. Pueden llegar a trabajar la mayor parte del cerebro lo que les serviría para llegar a comprensiones superiores sobre si mismos, sobre la materia además de para lograr una conciencia superior constante.
Suelen mostrarse especialmente torpes en la mayoría de los trabajos mentales que conocemos, en clase o en charlas de grupo. Por esto pueden permanecer ignorantes a su gran inteligencia durante mucho tiempo.
La llegada de Niños Psíquicos
Los niños psíquicos pueden ser índigo, plata, cristal, dorados… Cada vez son más los niños psíquicos y cada vez serán más conscientes de su capacidad.
Su nacimiento solo depende de la limpieza kármica que ya haya vivido su familia. Es necesario que la familia haya tenido un previo trabajo de sanación, ya sea consciente o inconsciente.
Son niños que utilizan los dos lados del cerebro a la vez de forma equilibrada. Pueden llegar a trabajar la mayor parte del cerebro lo que les serviría para llegar a comprensiones superiores sobre si mismos,
No llegan al planeta a cambiar nada, llegan porque pueden, porque están preparados. En un futuro todos serán psíquicos, la genética y la mente humana se acerca a un superdesarrollo, actualmente esto es lo que se nos está mostrando.
Trabajar con niños psíquicos
Si no se potencia o se desarrolla sus capacidades, pueden permanecer dormidos a lo que son durante toda su vida.
Es necesario señalar que en caso de desarrollar inadecuadamente una capacidad psíquica se corre el riesgo de realizar un trabajo basado en el ego y el raciocinio y no en un trabajo de crecimiento interior y desarrollo del Ser.
Aquellos niños que sobresalen en estas habilidades es importante realizar un trabajo de hermandad, de cariño, de amor, basado en la intuición y no en la mente. Más adelante, la mente se puede cegar por lo que sea, pero al corazón nada puede cegarlo. Todo es claridad desde el amor.
Este trabajo basado en el descubrimiento del corazón debe ser sincero, con humildad y sencillez. Esta enseñanza encierra un duro esfuerzo por ver, aceptar y superar la soberbia y el orgullo tanto del educador como del niño psíquico.
Es importante que se trabaje el amor como un abanico de luz y conocimiento del Ser divino que habita en cada átomo del Universo, el Amor hacia el hermano y la hermana, hacia el desconocido, hacia la tierra, hacia el mar y hacia las estrellas, el Amor en toda su amplitud.
El ejercicio físico es un trabajo indispensable con niños mentales o psíquicos pues les ayuda a equilibrar los hemisferios del cerebro a través de la lateralidad y la psicomotricidad además de a descubrir sus propias emociones y sentimientos ocultos con la expresión corporal y la improvisación. El reconocer el propio cuerpo, aceptarlo y controlarlo es indispensable. El ejercicio no debe de ser excesivo, sino como un juego y una forma de autodescubrimiento, con actividades como correr, saltar, bailar, hasta que cada uno reconozca y admita sus límites y sus cualidades más básicas.
En meditación es bueno el trabajo con viajes mentales para el descubrimiento del Cosmos, de lo invisible, del guía interior y de lenguajes universales como el Amor. Dibujar las formas que nos llegan desde el interior o incluso cantarlas o escucharlas es otra forma de descubrir lo invisible. Es bueno el trabajo sobre la meditación con el Maestro Interior que muestre el respeto, la humildad y lo pequeño del Ser humano ante lo inmenso de lo Divino. El trabajo en albergues, con colaboración con ancianos o con otros niños, ayuda a los niños psíquicos en casos extremos a conocer la naturaleza humana, a no sentirse por encima de ella y a aceptarla en uno mismo, algo muy importante para la propia autoestima y el desenvolvimiento en la vida adulta con respecto a las propias pasiones y emociones.
Aura azul
Características
Las personas con energía azul celeste tienen una energía clara y limpia. A su lado se siente la presencia del Arcángel Miguel y son unos niños conectados de alguna forma entre ellos, se encuentran, se reconocen y se ayudan energéticamente.
La llegada de los niños con aura azul
Los niños azules son los trabajadores del rayo Azul, las legiones de guerreros del Arcángel Miguel. Ante todo, se hacen fuertes ante el peligro y en la acción interna, liberan fuertes batallas contra, aparentemente ellos mismos y su ego, realmente, lo oscuro del ser, las profundidades de la materia y el egoísmo humano.
Ayudan a otras personas a cruzar los diferentes planos, limpian los canales de unión entre la humanidad y el Ser Crístico. Despiertan la Semilla Crística y tocan a las puertas del corazón.
Muchos niños azules, la mayoría, no nacen siendo azules, sino que tras superar su karma inicial o su rayo inicial, “mudan” su energía y su aura al rayo azul, algunos de forma desconcertada, otros conscientes de lo que les ocurre.
El cambio al rayo azul, significa un pequeño o gran despertar en la persona, un desvelo y una gran caída de los velos anteriores. Se trata de un comienzo que actualmente se realiza en todo el planeta de forma masiva.
Los niños azules aparentan no hacer nada, simplemente tienen una gran fuerza, una gran energía, no se les puede catalogar, salvo porque tienen dentro de sí un gran guerrero interior, un guerrero que no trae más que paz, entrega y amor.
Su lucha comienza en un estado de compenetración, hermandad y unión, es necesario pues que se reconozcan, no es un guerrero, sino miles, millones de personas en todo el planeta que han de unirse por el corazón a fin de librar una batalla contra la ceguera, el miedo, las pasiones, los velos, aquello que representa la serpiente en el planeta Tierra.
Trabajar con energía azul
Por su diversidad en la forma de ser y por sus diferentes características no puede establecerse un patrón general para este trabajo.
Pero sí se puede jugar a interpretar el papel que cada uno siente que tiene en el planeta, en la vida de uno mismo y la responsabilidad de cada acto con respecto a los demás.
Cuando un niño azul comienza a despertar y comienza a discernir más allá de los velos, en ese momento el trabajo es una labor superior y no puede ser descrito en ningún libro sino solo a través del trabajo con el Maestro.
Aura blanca
Características
Los niños con aura blanca son niños con una energía pura. Les acompaña el Arcángel Gabriel y desde su nacimiento inspiran una gran paz y un gran silencio.
La llegada de niños con aura blanca
Estos niños, en vidas anteriores, casi siempre los encontramos como maestros o discípulos que han logrado su despertar, muchas veces en el Tíbet o en la antigua India.
Son almas puras, llenas de luz que han decidido nacer antes de la Nueva Era para limpiar el planeta con su amor y su silencio interior.
Portan todos ellos una espada de luz blanca y su alma muestra una serpiente enroscada en su mano derecha como señal de que controlan y paralizan la energía que representa la serpiente, la emoción y la ceguera humana. Ellos traen visión, claridad y lucidez a las mentes dormidas.
Suelen tardar en hablar y la carne es un alimento que rechazan desde su más tierna edad, aunque en muchas ocasiones suelen ser acostumbrados en culturas carnívoras como la occidental.
No suelen tener muchos amigos pero no rechazan la compañía de nadie, sólo a veces, de aquellos que fueron amigos o conocidos en otras vidas y reconocen instintivamente su energía pero no logran comprenderla.
Vienen con la mente en blanco, con toda esta sabiduría en su ser pero sin conocimiento de quienes son o de la fuerza que tienen, por ello a veces se enojan con la vida, pues la consideran pesada, lenta y torpe, al igual que su cuerpo, lento y torpe.
Buscan y ansían durante toda su vida, incluso la más tierna infancia, el amor verdadero, el alma gemela. Y toda su vida ansían compartirla con este amor.
Trabajo con energía blanca
Estos niños requieren una atención especial en cuanto a que creen que pueden volar o sienten impulsos de coger el aire. No reconocen los límites de lo físico pues sienten que la materia no es un obstáculo sino algo que puede atravesarse o superarse.
Por ello hay que tener cuidado con las vallas, las alturas o las ventanas.
No suelen contar sus sueños ni sus ensoñaciones pero ellos mismos no las recuerdan bien, para potenciar este recuerdo se puede usar la pintura, el dibujo o el trabajo creativo con la imaginación. Poco a poco saldrá a la luz ese mundo de Paz que habita en su interior. Es bueno que trabajen con otros niños pero no son muy sociables pues no comprenden a las personas en su nivel tridimensional. No se logra nada intentando potenciar su socialización ni realizando ejercicios competitivos con ellos, sino más bien acrecentar la desconfianza hacia el educador.
Aura dorada
Características
Con una gran energía dorada, las personas que tiene esta aura son sabios de una gran consciencia y conexión divina. Siempre tendrán una respuesta trascendental y los ángeles acuden a ellos para dar mensajes de luz. son serenos, con mirada inteligente y su mente parece fusionarse con todo el cosmos.
Los niños dorados relucen a grandes distancias, lo que los hace ser odiados y envidiados. Suelen ser niños muy atacados, al igual que los niños cristal, durante la infancia, tanto por otros niños como por adultos. Incomprendidos artistas y maltratados, suelen permanecer en calma en los momentos de crisis.
Se les puede reconocer porque brillan de una forma especial, parece que siempre tienen una compañía grata y no son tan sensibles y sensitivos como pueda ser un niño cristal, sino más bien “pequeños sabios” que fácilmente les reconocemos como futuros grandes maestros.
Su misión es traer la palabra de Dios, traer la energía divina y despertar las conciencias de los hombres con la fuerte conexión divina. Su capacidad para conectar con las estrellas y con planos elevados de conciencia les hacen grandes canalizadores, aunque fácilmente pueden canalizar sobre cualquier plano y cualquier entidad.
Se dificulta su camino en hogares con fuertes discusiones o emociones y tensiones importantes, pues perciben todo lo que ocurre, tanto lo visible como lo invisible, y a diferencia de los niños índigo, cristal o azules, rara vez actúan, sino que simplemente “conectan” con la energía que pasa a fin de dar luz a las dormidas conciencias de las personas.
Suelen permanecer en silencio ante lo obvio y en la mayoría de las ocasiones es necesario apoyarles y ayudarles a conectar adecuadamente.
La llegada de los niños con energía dorada
Una gran oleada de niños dorados nació en los 80, justo tras el trabajo de rompimiento de viejos esquemas y sanación realizado por los niños índigo y previo al nacimiento de una gran red de niños cristal cuya misión sería levantar la vibración planetaria.
La misión de esta ola de niños dorados sería abrir la mente y despertar la conciencia de las personas. No fueron tantos como los niños índigos o los niños cristal, y menos tan llamativa energía, pero sí cuajó de una forma especial.
Los niños dorados en la actualidad: Diamantes Dorados
Los niños que actualmente nacen siendo dorados, traen una energía maestra mucho mayor de la que podamos imaginar. Son diamantes dorados y se trata de futuros Maestros de Luz cuya misión personal es ayudar al despertar de cientos o miles de personas. Acompañarán y mostrarán el camino a futuros maestros y edificarán los cimientos de una nueva era Cristal.
Nacen desde los últimos 10 años, son clarividentes, psíquicos, telépatas, muy despiertos y audaces, con una gran estrella sobre sí mismos y rodeados de luces y bendición.
No todos e muestran en plenitud y no todos pueden ser nombrados o señalados hasta que no llegue su momento, pues su misión será tan importante, que en la mayoría de los casos es mejor que pasen desapercibidos. Sus padres pueden sentir algo especial hacia ellos, puede haber algún sueño que los señale de forma especial, pero permanecerán en silencio hasta que sea el momento adecuado.
Son expertos en diferenciar a las personas solo por su energía, cuando no se quieren acercar a alguien por algo es. No hay que forzarles ni “acostumbrarles” a personas o lugares que no les gusten o les hagan sentir mal.
Trabajar con niños dorados
Despertar sus dones o sus cualidades es trabajo en balde pues su mayor cualidad es trabajar con el corazón sagrado, con la energía cristal en su estado más puro. Ellos no ven con el tercer ojo, ni escuchan con los oídos ni con la mente, escuchan, oyen, sienten todo con el corazón, por ello no hay secretos, nada se les puede ocultar, pues para el corazón, no hay velos.
Están preparados para ver las mayores desgracias pero también lo más hermoso que pueda existir. Nadie mejor que ellos para establecer el mañana, para explicarlo y construirlo, por esto, de nada sirve instruirles o enseñarles valores humanos, nuestros valores, nuestras ideas y todo lo que podamos entender, es energía caduca basada en la mente y en la historia y no en el corazón y en el amor más puro.
Trabajan en hermandad, esa es su misión, pero es necesario encontrar personas adecuadas para que se abran y se impliquen. Siempre que no haya transparencia, no se logrará su colaboración completa. Se mostrarán quisquillosos, contestarán e incluso se mostrarán enojados o con ira siempre que las personas sean falsas, mientan o tengan sentimientos negativos en su interior u oculten negatividad.
Siempre “ven” más allá de las formas, esto significa que ven el aura, la enfermedad, las entidades o ángeles que acompañan a una persona, la mentira, el amor que alguien siente o su forma de pensar. Esto hay que tenerlo en cuenta cuando se está con ellos.
Los deportes para ellos el Tai Chi, el Chi Kun, el Yoga para niños, los juegos de grupo no competitivos.
La meditación adecuada: meditación del AHORA, la Paz Interior, o cualquier otra basada en el silencio.
Pueden desarrollar la capacidad de leer un libro sin llegar a abrirlo, esto pueden usarlo como técnica de estudio o para acertar en las respuestas adecuadas.
Aunque intenten evitarlo, son protagonistas, son líderes. Se siente su presencia allá donde estén, por ello es importante no ponerles en grupos con otros niños con necesidad de mucha atención, aunque en la mayoría de los casos los diamante dorado responderían como sanadores y ayudarán al otro a recalibrar su energía divina y sentirse bien.
Aura azul índigo
Características
Se trata de personas con el aura color índigo.
Fácilmente puede volverse azul índigo brillante llegando a un gran sentimiento de conciencia interior. En estos casos pueden volverse muy psíquicos, conscientes y sabios.
En el caso opuesto, puede mancharse su aura de azul oscuro, en cuyo caso experimentarían fuertes depresiones a veces durante casi toda su vida.
Experimentan fácilmente cualquier emoción y las llevan siempre a los extremos, así conocen el deseo, la pasión, el miedo, la ira… También fácilmente pueden parar sus impulsos pudiendo des-enfadarse en un momento y cambiar su estado anímico rápidamente.
Son grandes sanadores inconscientes, pueden limpiarse en muy poco tiempo y de forma natural de años fumando, tomando drogas o alcohol.
En un gran porcentaje entran en estados mentales alterados como paranoias, esquizofrenia, trastorno bipolar, etc. Esto es debido a que son psíquicos y tienen una gran apertura a otros planos y dimensiones pudiendo sentir con facilidad no solo el aura y los pensamientos ajenos sino sus procesos mentales, entidades, seres angélicos u cualquier ser de cualquier plano cercano. Según ellos se encuentren, en equilibrio emocional mayor o menos, podrán acceder a unos u otros planos, y según ellos tengan una apertura mental a lo que les ocurre, comprenderán lo que les ocurre, lo resolverán y vivirán de una forma u otra.
La llegada de los niños índigo
Los niños índigo han venido a partir de los años 70, aunque anteriormente, desde los años 45, ya podemos encontrar algunos, y más adelante, en la década de los 90.
Estos niños representan un descubrimiento, un despertar de una generación de luchadores, conscientes, de rompedores del sistema. Se muestran inteligentes, claramente hábiles para retar a quienes tienen cerca y con un lema interno muy grande: libertad.
Su misión es romper enlaces, romper apegos, romper cadenas, liberar el corazón humano de la represión mental y emocional. Descubrir el movimiento oculto del control y liberarlo con amor.
Una vez sanan su misión inicial, normalmente cambian rápidamente a otra energía, suelen tender al azul celeste o al cristal.
Trabajando con niños índigo
Los niños índigo necesitan ante todo comprensión, fácilmente cáen en depresión y en crisis mentales que rara vez ellos mismos comprenden.
Su labor y su trabajo se potencia en equipo pero debido a la fuerte estructura de control, poder y la gran crueldad humana, suelen apartarse de trabajar en grupo. Es necesario crear un clima muy humano y sereno, de gran acercamiento y hermandad para que ellos se sientan seguros. Rápidamente se volcarán a la nueva familia o hermandad creada y se sentirán parte de ella.
Este sentimiento de unión tan fuerte en los niños índigo ha sido utilizado en campamentos infantiles religiosos o pro-militares para crear devotos. Los niños índigo se sienten el “patito feo”, necesitan una familia la cual buscan durante toda su vida, cuando la encuentran, abren su corazón a sus hermanos. Se puede pues trabajar con ellos mostrando esta necesidad que tienen y lo importante de discernir y diferenciar la necesidad propia de amor y cercanía humana y los fines egoístas y manipuladores ajenos.
Suelen ser buenos artistas pero muy indisciplinados o demasiado entregados, es muy difícil encontrar el término medio.
Los deportes adecuados son los no competitivos, y encuentran su pasión en deportes de gran concentración como el tiro con arco, el kun fú u otras artes marciales, o juegos en grupo donde haya que taparse los ojos y actuar a tientas, incluso equilibrios, acrobacias o malabarismos.
Si se les potencia el silencio con meditación, trabajos de consciencia, ejercicios a cámara lenta o equilibrio, se puede lograr que aprendan a controlar sus emociones, su mente y se sientan en equilibrio interior.
Si se les potencia la mente con juegos mentales, lógica, telepatía, telequinesis… se puede ocasionar un afán por poder y control innecesario pues pueden lograr importantes estados psíquicos muy conscientes y antes de lograr dichos estados, es importante que reconozcan la importancia de trabajar con el corazón.
Aura plateada
Características
Los niños con el aura plateada tienen como misión limpiar, transmutar y sanar todas las densidades ocultas a fin de poder elevar la vibración planetaria.
Tristemente puede volverse gris cuando han “caído” en miedos y densidades muy grandes, pudiendo sentir odio, ira, rabia, grandes adiciones físicas o emocionales…
Son personas que fácilmente se enfadan y que podemos describir como una tormenta en medio de la calma, aunque difícilmente encuentran sentido a sus enojos.
Los primeros niños plata
Sobre los años 60 empezaron a nacer unos jóvenes con una energía nueva, una energía plateada. Nos encontramos con unas generaciones que sucumbieron al terror, a lo más oscuro del planeta para sacudirlo y limpiarlo.
Los niños plata fueron y son jóvenes y adultos con una dura misión de sanación. No se trata de una sanación del ADN, ni del miedo o las emociones, sino una sanación de las mayores densidades del planeta, la soberbia, el enojo, los depredadores energéticos, la decadencia mental…
Muchas personas que han nacido y mantienen esta energía han caído en fuertes dependencias de drogas, pasiones, trabajo, u otras miserias que no les permiten ver la luz en su corazón, pero no por ello han dejado su misión de luz, de limpieza. Se encargan día y noche de entrar en estados profundos de conciencia, en bajos astrales donde liberan lo más corrompido que hay a fin de que el planeta vaya sanando poco a poco. Ellos representan el principio del cambio, representan lo que rompe, la tormenta que remueve la tierra. Viven en agitación constante, en movimiento y acción constante. Viven en armonía con fuertes emociones que a veces no logran comprender o controlar como la ira, el deseo, el miedo, la depresión o pasiones ocultas, pero también viven con un gran sentimiento de hermandad, de trabajo en equipo, de honra y entrega.
Actualmente apenas nacen niños con el aura plateada, suelen mostrarse muy diferentes a las anteriores generaciones pues su limpieza es más en el nivel del subconsciente y de planos paralelos. Esto hace que sean niños aparentemente introvertidos, que tienen a ver sombras incluso donde todos ven luz, niños que no temen a las pesadillas ni a la muerte y logran comprender su significado de una forma mucho más consciente que un adulto.
Un ejemplo muy claro de estos niños
Niño: Hoy soñé que una víbora gigante me atacaba mientras dormía.
Padre: ¡Qué horror! ¡¿Sentiste mucho miedo?!
Niño: Papá, no es más que un sueño, las víboras no pueden atacarte cuando te quedas quieto.
Estos niños pueden parecer fríos aunque a veces presentan casos de hipersensibilidad y enfados frecuentes, con crisis de ira a veces preocupantes para los padres. Esto es debido a que en procesos paralelos, con consciencias superiores, están viajando a planos inferiores, planos astrales donde lideran luchas para liberar partes dormidas de la humanidad. Ellos no son conscientes pero una parte de sí mismos viaja a submundos donde viven emociones muy duras.
En la actualidad representan los guerreros más fuertes del Arcángel Miguel, aquellos que viajan a las profundidades de la mente humana, que atraviesan las puertas más negras, a fin de liberar a sus hermanos del miedo y las pasiones más densas.
Trabajar con energía plateada
Para trabajar con estos niños hay que “rescatarlos” de sus pesadillas y recordarles la belleza del ser humano, los valores más bondadosos, más cálidos. Es importante ayudarles a fortalecer un hábito de limpieza diario con agua, un contacto con el agua y con su propio cuerpo, pues en las pesadillas a veces las personas no somos lo que creemos ser, nos transformamos, y al despertar no nos reconocemos adecuadamente y podemos acabar creyendo que somos lo que sentimos en el sueño.
Sobretodo hablarles de que no todo son sombras y miedo, que hay una gran belleza en el mundo, y mantener su mirada en esta belleza, en esta bondad, en la luz, en el amor, en la amistad… Pero no idealizar esta belleza, buscar la belleza real de la Tierra y la humanidad para mostrarla en todo su esplendor.
El yoga y el ejercicio físico son actividades muy adecuadas para estos niños pues necesitan desahogar toda esa tensión y todas esas emociones. Si no, es probable que se desahoguen en ira, en rabia, mostrando pataletas descontroladas en las cuales puede parecer que se hagan daño a sí mismos y su objetivo aparente no es lograr nada, sino llamar la atención.
En otros casos hay niños que temporalmente pueden mostrar este comportamiento de rabietas, pero ello puede ser debido al hecho de “absorber” la tensión del alrededor y no a que sean propiamente niños plateados en el aura.
Aura cristal
Características
Al hablar de niños cristal nos referimos a niños con el aura llena de colores claros y suaves, pueden parecer tonos pasteles, a veces blanco con ciertos matices de colores. Muchas veces se ven medio transparentes.
Son niños sensibles, cariñosos, muy dulces. No comprenden el dolor, el miedo, ni muchas emociones densas que se colorearían con tonos fuertes en el aura, como el miedo, la pasión, el deseo, la ira… Esto hace que no puedan diferenciarlas o controlar estas emociones siendo arrastrados por estas emociones o no sabiendo controlarlas ni qué hacer con ellas, tanto con emociones propias como ajenas.
Fácilmente sienten el miedo y el dolor ajeno, sienten su enfermedad y sus pensamientos, pues su aura es tan limpia y clara que todo les puede traspasar.
Su mirada es clara y transparente y difícilmente pueden ocultar lo que sienten o piensan.
A veces desarrollan a lo largo de la vida grandes cualidades en un área específica, por la necesidad que tienen de enfocarse y dirigir la mente, en vez de perderse en el sinfin de sensaciones extrañas del mundo externo.
Por otro lado, una característica importante es la necesidad de equilibrar el mundo que les rodea. Esto significa que tienen a hacer lo posible porque todo el mundo esté bien, feliz, alegre, que olvide sus problemas y que sea positivo.
Personas con grandes cualidades se pierden por la necesidad de contentar a sus padres, de hacer feliz a su madre, de ayudar a su familia. Es importante permitirles que crezcan, que avancen en su camino, sin la presión de ayudar a otros ni de ser buenos para los demás. Entonces logran expresarse desde el corazón y consiguen superar toda las limitaciones.
Los primeros niños cristal
La primera generación que podemos encontrar, desde el 1940 hasta el 1960 aproximadamente, son una generación de jóvenes eternos. Personas que vinieron a descubrir al mundo la capacidad que el hombre tiene de abrir sus alas al AMOR incondicional.
Son personas muy sensibles, con una fuerte intuición y una incapacidad completa para comprender el odio, el rencor, el miedo…
Su misión general fue sanar el ADN, sanar los grandes errores genéticos familiares que durante generaciones se heredaron de padres a hijos, errores debidos a traumas, acosos, violaciones, asesinatos, maltratos… Varias décadas atrás, el hambre, las enfermedades y situaciones muy críticas familiares hicieron que las personas viviesen situaciones límites físicas y emocionales las cuales fueron herencia genética. Esta herencia era necesario limpiarla, es lo que se denomina karma familiar. Aun hoy algunas familias comprenden el dolor que pasaron sus tatarabuelos y anteriores cuando vivieron en guerras, luchas, epidemias y sucesos históricos que parecen dormidos, olvidados, pero que perduran siglos y siglos en el ADN de cada descendiente de aquellos que vivieron la desgracia. Limpiar estas heridas es la misión de estos primeros niños cristal.
Son personas muy sensibles, que nacieron con una luz extremadamente alta para su época. Siempre se sintieron fuera de lugar, incomprendidos y solos, muchas veces sintieron una gran carga en su vida y aun a pesar del tiempo, no han logrado soportar el peso de la vida. Son los primeros sanadores, su trabajo de luz hace posible el despertar y el avance de las siguientes generaciones.
Además de esta dura misión, estos niños eternos nacen para despertar una nueva forma de ver el mundo, de alimentarlo. Nacen con esperanza, amor, deseo de cambio y sobre todo una nueva conciencia de que algo está por ocurrir, algo nuevo, maravilloso que resuena en los corazones de todos los hombres. Con este sentimiento abren las puertas a una era de cambio, una era que actualmente vivimos y reconocemos.
A estas personas en muchas ocasiones se les ha confundido con índigos por su fuerte energía para romper viejos patrones, pero su aura es colorida, clara y limpia, propia de los niños cristal.
Los niños cristal posteriores:
Aunque han aparecido niños cristal en todos los tiempos más allá de estas fechas, una segunda oleada vino tras los niños índigo y dorado, en la década de los 90.
En su mayoría han nacido en familias preparadas para el cambio, hijos de padres cristal, pero en raras ocasiones han nacido con hermanos mayores índigos que ya han liberado fuertes batallas emocionales con los padres limpiándolos y sanándolos de aquellos bloqueos que no permitirían un alma con tanta luz en la familia.
Debido a su sensibilidad al entorno, suelen mostrar alergias alimentarias, alergias al sol o sensibilidad en la piel. Físicamente no están preparados para un mundo contaminado. Su mirada limpia casi siempre mira al vacio y logran mantener la mirada fija en las personas pareciendo que atraviesan con su mirada y ven más allá de lo visible.
Su telepatía es muy fuerte y puede ser educada, pero no es recomendable pues tienen mucha curiosidad hacia el mundo adulto, el cual tiene pensamientos muy corruptos.
No suelen enfadarse ni disgustarse, pero cuando lo hacen, intentan ocultarlo, esto hay que evitarlo y comprobar de vez en cuando su estado de ánimo para que no oculten su depresión pues fácilmente caen en estados depresivos o acaban con la autoestima muy baja. Si hay carencias familiares o problemas en el hogar, suelen presentar problemas de comunicación, pues necesitan un entorno tranquilo, agradable.
Les gusta la música clásica, la pintura y las artes y fácilmente pueden escribir, contar o dibujar de manera improvisada grandes secretos ocultos para la humanidad a los cuales tienen acceso desde su nacimiento.
Trabajo con energía cristal
Se recomienda mucho tacto, cuidar las palabras en todo momento y alejar cualquier tipo de sentimiento de culpa, propio o ajeno, y tendencia cruel, en uno mismo o en otros niños.
Son niños sensibles a la hermandad y el cariño, aman a todos, por igual. No existen diferencias y esto es algo que hay que potenciar. No hablarles de niños buenos o malos pues para ellos, todos somos igualmente divinos, humanos, maravillosos. Pueden ser amigos incluso de una pequeña hormiga, la cual les escuchará y les comprenderá pues hablan el lenguaje de la VIDA.
Se les puede potenciar el don de sanación, la comunicación interna, la visión aural, la capacidad de ensoñación, la reconexión…
Hay que evitar el conocimiento exagerado y el trabajo con la mente racional.
Trabajan y hacen muy buen equipo con los niños índigo o azules quienes actúan como protectores y les guían ante emociones densas.