El agua es un elemento que nos permite fluir. En su esencia es movimiento y nos aporta cambio, transformación, transparencia.

Una persona con el agua en equilibrio no teme las indecisiones. Se emociona con naturalidad y se enamora con alegría. Vive con sencillez y armonía sus sentimientos y se mueve con la vida adaptándose y cambiando cuando es necesario. Las personas con agua en equilibrio son frescas, vitales, transparentes, les gusta “empaparse” desde sus sentidos de cada uno de los amaneceres que constantemente la vida nos regala.

Cuando el agua es escasa el corazón parece que se vuelve rígido y nos cuesta mucho más emocionarnos, parece que hay “sequedad” en el interior. La alegría se esfuma y podemos vivir culpabilidad, miedo, desazón. Una persona con escasez de agua se vuelve aburrida, tosca, pesada. Su vida, sin rumbo ni cambios, parece atascada en las mismas emociones. Y cada amanecer, aunque único, parece el mismo que hubo ayer. Carencia es, desazón y miedo.

Cuando el agua está en exceso la persona sufre por sus emociones sin control. Su vida fluye con tanta rapidez que no puede controlarla, los momentos felices y los momentos más negativos cambian demasiado rápido. Uno se siente en medio de un torbellino. El cuerpo cambia constantemente y nada se puede hacer al respecto, la vida cambia constantemente, pero no de una forma armoniosa ni feliz, sino como un torrente incontrolado y violento.

Situaciones como caídas, vértigos, ciertos accidentes, robos, perdidas del control, abusos de poder, situaciones en las que no hemos entendido lo que ocurría o no podíamos saber qué estaba pasando, pueden dar problemas en el equilibrio con el agua.  Nuestra agua recupera la armonía cuando tomamos la determinación de fluir y permitir la conciencia en el ahora. Ver, observar, sentir, vivir, es la mejor medicina para equilibrar el agua.

Eliminar los apegos y los miedos a la pérdida de control, recuperar el equilibrio y permitir que las cosas vayan fluyendo. Emocionarnos y empatizar un poco más. Abrir el corazón y respirar todo lo que la vida nos presente.

Ejercicio para sentir y equilibrar el Agua

Túmbate en un baño de agua, a poder ser cálida semejando el vientre materno. Siente el agua, baila con ella y descubre su cualidad. En constante cambio el agua te empapa de emoción, de alegría, de limpieza. El agua te limpia y te mueve hacia la transformación.

Comienza a respirar sintiendo como la cualidad del agua llega a tu piel y siente en tu piel el agua, siente el agua en tu cabello, en tus manos, y siente como la cualidad y movimiento del agua fluyen energéticamente hacia tu interior. Utiliza la imaginación sintiendo como el agua te empapa de vitalidad. Siente el agua en ti, fluyendo por tus venas, siente la cualidad del agua en tu corazón, en tus movimientos internos, en tu cerebro, en tus órganos vitales. Siente el agua atrayéndola hacia ti y expandiéndola hacia todo tu organismo.

Después ve un poco más profundo y lleva el agua hacia tu espacio interior. Siente el agua empapándote desde su esencia hasta tu esencia. Siente la naturaleza del agua fluyendo dentro de ti, transformándote, “mojándote”.

Cuando todo tú seas agua y sientes el agua en todo tu ser, expande esa unión con el agua y sus beneficios hacia todo el exterior, exhala la cualidad que sientes del agua, la armonía, la transparencia, la purificación, la fluidez, expándelo exhalando en todas las direcciones, hacia todo lo conocido y lo desconocido.

Lleva los beneficios de tu experiencia a todas las personas que conoces, en especial con aquellas que no hay fluidez y continúa llevándola hacia todas las personas, todos los seres, todo el planeta.

Los cinco elementos

Tierra

Aire

Fuego

Eter

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