Lotos tras las huellas de Bhudda
Uno de los lugares más sagrados del planeta es el Templo Mahabodhi o Templo del Gran Despertar en Bodhgaya, India. El lugar donde Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación en la luna llena de Tauro en el siglo VI a.C.. Allí encontramos el árbol Bodhi, la tercera generación del mismo árbol donde Siddhartha se sentó.
En un lateral del arbol encontramos unos lotos sagrados.
Ya en la entrada todos se quitan los zapatos y caminan descalzos por todo el templo, únicamente llevando unas flores u otras ofrendas en las manos, a veces una cámara de fotos y el silencio en el corazón.
El Templo Mahabodhi es un lugar grande, donde uno puede perderse, con muchos rincones donde meditar, leer, contemplar, descansar.
Entre los curiosos tesoros que ofrece el templo, encontramos junto al árbol Bodhi, un camino de gran sencillez de precioso lotos de piedra donde los budistas se inclinan y depositan sus flores más delicadas.
Se cuenta que Siddhartha después de una meditación ininterrumpida de 49 días alcanzó la iluminación. Finalizada su búsqueda pasó las siguientes semanas en varios lugares de la región integrando su vivencia y su experiencia preciosa. El Templo Mahabodhi representa estos lugares y nos conduce por un camino desde la llegada de Shiddhartha al trono del Fictus religioso o árbol Bodhi hasta su partida de la región.
Un primer tiempo lo pasó debajo del árbol. 
Cuando uno llega a Bodhgaya y entra por primera vez dentro del Templo Mahabodhi, inmediatamente siente el impulso de detenerse aquí, contemplar, sentir, simplemente estar. La lucha cesa en esta meditación contemplativa y uno encuentra que Budha, la mente iluminada, está en nuestra corazón.
En nuestro último viaje a Bhodgaya tubimos el honor de ser guiados por el Maestro Abad del Monasterio Chino en Bodhgaya a los pies del mismo árbol Bodhi. En sus palabras y su oración nos repetía:
Bhudda es in your body
Bhudda is in your mind
Cuando uno se sienta a meditar frente al árbol Bodhi siente esto con claridad, deja de vivir en la lucha contra uno mismo y comienza un camino de aceptación, respeto, amor. Te das la mano y te conduces en otra dirección, hacia tu propio despertar.
Para esta primera etapa de recogimiento e integración el Templo Mahabodhi construyó la Stupa Animeshlocha, el Santuario de la Vigília.
Tras un tiempo debajo de la higuera sagrada, Shiddharta convertido ya en Bhudda anduvo entre el árbol y la estupa Animeshlocha, caminándo tranquilamente.
Se dice que a cada paso que daba, una flor de loto crecía en el suelo sobre su huella. Ante las huellas de Bhudda se construye en conmemoración a este milagro ese pasillo de lotos sagrado que conduce del árbol Bodhi hasta la estupa Animeshlocha, situada justo detrás de este. Es un camino llamado Ratnachakarma. Junto al suelo, donde se sitúan los lotos del templo antiguo, se coloca un alto con los lotos reconstruidos.
Al caminar por los lotos sagrados uno escucha las oraciones, los rezos, el tiempo de búsqueda.
Se dice que tras esto Bhudda pasó la siguiente semana cerca de Ratnagar Chaitya, ubicado cerca del norte. Tras esto fueron a verle los brahamanes de al árbol de Ajapala Nigodh, lugar marcado por un pilar. Luego se detubo un tiempo a meditar junto a la charca de Lotus y por último bajo el árbol Rajyatna.
Los lotos sobre las huellas de Bhudda son una muestra de la Tierra abriéndose a la pureza de la mente iluminada. El instante donde la Tierra se inclina y acoje lo celeste, creando un perfecto equilibrio entre el cielo y la Tierra.
La flor de Loto representa la vida y la recompensa por un trabajo espiritual. Un trabajo que acompaña a las personas y seres de luz durante milenios. Consiste en un despertar del corazón hacia la vida, una conciencia superior que va más allá de nuestro entender, pues es algo que sólo el Ser Superior o un corazón completamente puro puede percibir. Representa la pureza.
Debemos recordar que es una planta acuática, florece en el agua, en la purificación del cuerpo, de la mente y del alma. Pero mucho más, esta exquisita flor crece en el vado, convirtiéndose en una promesa de pureza y elevación espiritual.
