Tipos de sueños más comúnes e identificación para poder comprenderlos
Miramos adentro para despertar
Los sueños son un mundo mágico, misterioso. El mundo onírico tiene su propio lenguaje, su propio concepto del tiempo, del espacio. Puede llegar a tener submundos, planos y espacios infinitos tanto personales como colectivos.
Pues igual que lo que normalmente acontece en el sueño es parte de la mente del duermiente, también puede haber sueños con espacios compartidos, donde dos o más personas se encuentren y puedan reconocer.
Los sueños son un camino hacia algo, inquietan, a veces tranquilizan, a veces agradan, a veces asustan, pero indudablemente son un camino hacia algún lugar, ¿hacia algún estado de conciencia tal vez?
Podríamos distinguir, tres tipos de niveles en los sueños:
Sueños kármicos o sueños donde nuestra mente vaga sin control por los escondrijos de nuestro subconsciente, induciéndonos emociones, estados, visiones, placenteras o dolorosas que están en nuestro karma actual, aun sin iluminar ni trascender.
Sueños lúcidos. Aquellos sueños donde una persona es consciente de que está soñando. A partir de que en el mismo sueño una persona comprende que está soñando aparece un abanico nuevo de expresión, sensibilidad, control y consciencia en el sueño, desde la lucided en las propias pesadillas, hasta la claridad en viajes astrales.
Sueños trascendidos. Aquellos sueños cuando nuestra conciencia ha trascendido y se muestran como un estado despierto de conciencia. Un sueño luminoso con una visión clara en la esencia.
Pero para que podamos entender mejor los sueños que, en el día a día tenemos, a veces simplemente tenemos que comprender por qué tenemos esos sueños, a dónde nos conducen, qué nos están enseñando. Igual que en la misma vida, aparecen situaciones que son completamente karmicas, donde no tenemos control sobre lo que vivimos, que parece que algo nos ha puesto ahí, situaciones buenas o malas, en la que algo hemos de aprender, iluminar o transformar. Luego hay situaciones más lúcidas. Momentos en la vida donde hay claridad, donde sin esfuerzo para que hemos hallado la paz. Nos sentimos abiertos y logramos entrever el sentido trascendental de la vida. Y pior último hay momentos o instantes de gran belleza y plenitud donde nos sentimos uno con la totalidad.
Pues lo mismo acontece en los sueños.
Nuestro objetivo a la hora de trabajar en los sueños, siempre es dejar de tener sueños kármicos, o sueños donde la mente vaga sin consciencia ni control. No es tan importante saber qué nos está diciendo ese sueño en concreto, pero sí puede ayudarnos en ciertos aspectos.
El sueño nos relatará algo que está atascado en la mente, un aspecto de la psique donde algo quedó encallado. Incluidos sueños hermosos nos muestran un aspecto de la psique atascado, no dormido en sí, sino que no está plenamente iluminado. Pues obviamente, el trabajo con los sueños, igual que con la vida, es transformar esa situación, sin importar lo que signifique en sí, transformarla en luminosidad, claridad, inteligencia.
Pero para apoyarnos en el transcurso de este viaje hacia la claridad en los sueños, vamos a comprender más a fondo que tipos de sueños podemos tener y a dónde nos quieren llevar.
Lo primero es comprender que en la vida habrá muchas cosas que no podremos entender, igual en los sueños, simplemente aceptar, pero sí podemos, vagamente, descubrir el sentido, hacia donde nos conducen.
Por ejemplo no podemos entender por qué hemos conocido a alguien, o porqué vivimos en el año que vivimos, pero sí podemos entender hacia donde nos conduce eso.
Los sueños sirven para vivir la magia.
Los sueños sirven para comprender que nuestra mente es ilimitada: podemos volar, convertirnos en cualquier animal, conocer seres mágicos, viajar a otros planetas, hasta al sol. Podemos ser lo que queramos ser, agua, gato, perro, fuego, luna, montaña. En los sueños podemos cambiar, transformar la materia y comprender que, si todo es mente, la vida es mágica y precisa en su magia.
En los sueños descubrimos que todo es posible
Los sueños nos muestran lo que está oculto.
Para algunas personas esto se muestra como un mundo de fantasía, pero los sueños nos muestran cosas escondidas, misteriosas, secretas, maravillosas y perversas. Todo lo que no se ve a simple vista, todo lo que se oculta a la razón. Duendes, hadas, trolls, pero también ángeles, arcángeles y hermosos seres de las estrellas.
Los ángeles nos desvelarán los misterios, nos mostrarán la auténtica cara de la verdad. Incluso una persona, una situación.
Pero, ojo, hay que tener cuidado, tal vez no te muestren lo que está oculto, sino el temor que tú tienes a aquello que no ves. Mostrándote sólo una parte de la verdad y enseñándote que no siempre estamos preparados para comprender la verdad.
Poner en duda lo misterioso a veces sale caro.
En los sueños puedes pedir deseos
En los sueños un poderoso secreto se esconde, y es que todo lo que declares con plena conciencia, es más probable que se haga realidad.
Imagina que miles de pequeñas luces te vigilan, cuidando tus deseos para que se hagan realidad. ¡Puedes pedir el deseo que más anhelas en los sueños y será más fácil que se cumpla! ¿Por qué es así? Simplemente porque tu mente está en un estado de mayor lucidez y creatividad donde puedes iniciar un proyecto, un sueño o incluso una nueva forma de ver la vida.
En los sueños superamos los temores
En las pesadillas de tus sueños encontrarás tus más ocultos temores tomando forma y tendrás la oportunidad de superarlos. Incluso podrás observar como estos sueños se hacen más claros, van desapareciendo o van transformándose según logras superar esos mismos sueños en tu vida real.
Mientras la mente se forma, en la niñez, y el concepto de la vida, de las personas, se va formando, el niño o la niña, recrea un sinfín de patrones mentales en relación a todo lo que ve y lo que intuye. De ahí se van desarrollando pesadillas que dibujarán todo lo que durante el día el niño teme, pero calla o no comprende.
¿Pudiera ser que tras esas pesadillas hubiera realmente seres, extrañas entidades o difuntos? Pudiera ser, pero, aun así, estos seres toman aquella forma que realmente teme el durmiente, por ello, más efectivo, es superar el temor y así, mañana, cualquier entidad, ser, sombra, no se disfrazará de nada ni tendrá oportunidad de llegar a nosotros, pues a una mente clara, tranquila, luminosa, ninguna sombra puede derrumbar.
Vive las pesadillas como una gran oportunidad de trascender los temores, una oportunidad de encontrarte tu propio temor en un entorno controlado. En el mismo sueño, siente y piensa que estás soñando y tienes el total control, así se presentan las oportunidades de superar las pesadillas más fácilmente.
En los sueños jugamos
En los sueños podemos jugar, reír, nos podemos encontrar con personas que amamos y nos divertimos.
La mente tiene la capacidad de disfrutar, recrear, divertirse. Solos o en compañía, los sueños también son una puerta a la alegría y la diversión.
Los sueños sirven para volar
En los sueños podemos volar, más no sólo como un ave, sino también volar en la imaginación, en la mente, despegarnos de todo lo que nos “tira” hacia abajo, de todo lo que pesa, y literalmente elevarnos y elevar nuestra conciencia.
Los sueños sirven para conocer otros mundos
En los sueños podemos viajar a otros planetas. Encontrarnos con seres de otros mundos, descubrir nuestros amigos de las estrellas.
Soñamos para caernos
En sueños existen abismos donde podemos caer, caer, caer, caer y caer sin llegar jamás a tocar ningún fondo. Pierde el miedo en tu caída y aprende a levantarte.
A veces caemos, caemos, puede ser que nos hayamos “desconectado”, puede ser que nos hayan empujado, puede ser que hayamos caído sin más. Entonces el “cuerpo onírico” requiere regresar rápidamente al cuerpo para despertarnos, levantarnos. Sin luchar contra la caída, encuentra tu lugar, tu centro, allá donde estés, en el momento en que estés.
En los sueños podemos sentir: escuchamos, vemos, olemos, saboreamos.
En sueños existe la música, y las comidas ricas, también olores singulares. Los sueños podemos tocar, percibir, pero no percibimos igual, porque los sentidos del cuerpo físico no son los que estamos utilizando, sino la interpretación onírica de los sueños.
Con los sueños podemos sentir y percibir todo aquello que nos gustaría o temeríamos sentir en la realidad.
En los sueños conducimos
En los sueños podemos aprender a “conducir” el camino de nuestra propia vida. Podemos aprender a dirigir nuestra vida, o incluso, si el vehículo es muy grande, acompañar a otros en su propio viaje.
En los sueños hay personajes
Nos podemos conocer con los mil rostros que hay dentro de nosotros. Todo lo que hay en el sueño es todo lo que hay dentro de nosotros. Todos los mudnos, historias, las personas, son pedacitos de ti. Las personas se nos presentan como nuestras propias máscaras que hemos de aprender a liberar para lograr transparencia y frescura.
En el sueño hay elementos:
Agua purificadora, agua que arrastra, agua que se agota, agua que cambia y nos transforma.
Fuego que quema, que calienta, que enciende, que nos conmueve, que nos aquieta.
Aire que nos mueve, que nos inspira, que nos señala el camino, que nos arrastra.
Tierra que nos sostiene, que nos ahoga o que nos nutre.
En los sueños nos encontramos los elementos en su esencia más pura ayudándonos a profundizar en la esencia de nosotros mismos.
Soñamos colores
En los sueños podemos pintar un mundo nuevo, o un yo nuevo. Descubrir los colores en sueños, nos llevará a descubrir el color en la vida. Nuestra mente puede descubrir las cualidades y emociones que despiertan cada color en la nosotros y conectar con la luz desde un lugar más alegre y vivo.
En los sueños el tiempo no existe
Existe la atemporalidad. Puede ser que el tiempo no sea lineal, sino circular, que vaya en dirección contraria, que desaparezca, que se detenga, que se expanda o que se retrase, el tiempo en los sueños funciona de una forma completamente diferente que, en la vigilia, lo que nos ayuda a profundizar, a conectar con la atemporalidad y a estar más presentes en el ahora. Así comprendemos que el tiempo tan sólo es una ilusión más.
En los sueños existe el amor
En los sueños podemos amar ilimitadamente. Los sentimientos se hacen más profundos y claros, podemos abrazar, besar, escuchar y sentir a la persona que amamos. El amor en sueños es mágico, dulce, pleno.
En los sueños existe el océano
El océano embellece los sueños con sus mareas. Puedes respirar bajo el agua ya que sólo es un sueño. Viajar al fondo del mar, volar por las costas, bañarte en la playa. El mar, en sueños, cambiará de forma para ti, para que accedas a lo inaccesible y atravieses el infinito.
En los sueños podemos ascender y descender
Podemos, no sólo caer, sino subir y bajar, por escaleras, montañas o ascensores. Subimos y bajamos a otros niveles de la vida. Nos conducen a donde necesitamos ir, a donde nuestra conciencia tiende a ir. En los sueños, el viaje muchas veces no es hacia adelante sino en profundidad, hacia dentro.
En los sueños aprendemos
En los sueños podemos leer, asistir a escuelas o escuchar a maestros hablar. Podemos leer los libros que deseemos en sueños, en ellos podremos encontrar los conocimientos más secretos y sagrados. ¡Recordar, descubrir, explorar e incluso examinarnos!
Los sueños son un gran viaje hacia el descubrimiento y conocimiento.
En los sueños vivimos nuestras propias aventuras
Podemos ser los héroes y desarrollar nuestro propio viaje. Historias donde nosotros ponemos las reglas. Podemos inventar viajes, encontrar tesoros, descubrir misterios, viajar por lugares secretos. Los sueños son aventuras para despertar el espíritu inquieto explorador que todos llevamos dentro.
En los sueños nos expandimos
Aparece un espacio infinito donde podemos expandirnos sin límites. Un mundo secreto de los sueños que se une al espacio infinito y los caminos se disuelven en el silencio.
En los sueños podamos recordar
Podemos revivir, ir hacia atrás en el tiempo, recorrer antiguos lugares, ver antiguos amigos, revivir lo que una vez fue, y tal vez… recordar algo olvidado en el camino.
En los sueños existen trampas
Trampas, animales, bichos, engendros, laberintos que nos entretienen. Nos podemos perder, achicar, petrificar o hasta herirnos. Arañas, gusanos, pulgas y otros bichos entretejen trampas en nuestra mente donde caemos, de día o de noche, y tenemos que aprender a ver y superar, igual que en la vida real.
En los sueños existe la muerte
Así podemos despertar
Antes de intentar encontrar un significado al sueño tenemos que intentar comprender qué tipo de sueño es, si un sueño kármico, lúdico o un sueño trascendido, aunque un sueño trascendido es un tipo de sueño que se tienen dos o tres en la vida, por lo que nos centraremos en cuál de los dos sueños es.
Una vez que tenemos claro cuál tipo de sueño es y en función de esto indagaremos en el significado.
Más sobre los Sueños kármicos
Los sueños kármicos son divagaciones de la mente estancada. Nos hablan de aquello que nos preocupa, o lo que anhelamos, o lo que vivimos anteayer, o lo que nos aterra. No son sueños que nos ayuden a elevar nuestra conciencia ni a despertar. Se trata de pinceladas de aspectos que vagan por el subconsciente. No pueden controlarse, ni tiene sentido hacerlo, pues en el momento que se colocan, se trascienden o se controlan, ya no son sueños kármicos sino sueños lúcidos.
Lo primero que debemos comprender es que un sueño kármico, aunque pueda mostrarse con un simbolismo complejo y claro, rara vez nos ayudarán en nuestra propia evolución personal, sino al contrario, nos llevarán a continuar perdidos y vagando, por ello, nuestro principal objetivo es trascender esos sueños, sin importar tanto su significado, sino más bien, en qué aspecto se quedó nuestra mente atascado.
Pudiéramos verlos como la emoción que nos entregan:
- Ansiedad, falta de libertad, angustia, prisión, encarcelamiento… Sería sueños que nos siguen, nos atrapan, nos intentan matar, nos roban, nos quitan nuestras pertenencias, no encontramos nuestra casa, o no encontramos nuestra familia…
- Apego, anhelo, tristeza, drama, intensidad en la emoción, llanto, pesar, duelo, desamor, miedo. Se trata de aquellos sueños donde el pasado nos aterra, nos enseñan apego, la búsqueda de un familiar, recibir una muy mala noticia, la incapacidad de comunicarnos con quienes amamos, el dejar de ver a quien amamos. Gritos, injusticia…
- Ira, rabia, crueldad, odio, soñar que se mata a alguien, que se hace daño a los demás. Sueños con peleas, con asesinatos, sangre, sueños con cosas que se rompen, o con emociones intensas. También estarían aquí el exceso de sueños sexuales y muy violentos.
- Sueños sin energía, sin vida, como arrastrados por la corriente, que vagan sin ir a ningún lugar. Con preocupaciones de hambre o con la sensación de que no queda nada por hacer. Donde los protagonistas son otros y el soñante es un espectador pasivo de la realidad.
- Ignorancia, ennublamiento. Sentirse perdido, sin rumbo. Que otros conduzcan nuestro sueño