El sueño surge como una creación de la psique durante el dormir, donde un “yo” o conciencia diferente se manifiesta dando cabida a todos nuestros impulsos, sentimientos, comprensiones y divagaciones mentales. No se trata del yo de la vigilia, sino un yo onírico que mostrará un reflejo más exacto del subconsciente e inconsciente sin estar tan sometido por las leyes de la materia física. Esta liberación terrenal permite a la psique profundizar más y más dentro de sí misma proyectando en forma de sueños aquello que más le inquieta.
El soñante ingenuo tiende a creer que los sueños “le llegan” mágicamente, olvidando que él los está generando, y por lo consiguiente, son fragmentos de sí mismo.
En el día a día, el individuo inteligente y consciente de sí mismo, tiene pensamientos y él sabe que los está generando, incluso sabe porqué los está generando. El individuo durmiente cree que los pensamientos están ahí, que le arrastran y le obligan a vivir lo que vive.
Esto genera una particularidad en el mundo onírico que es la expectación de una realidad aparentemente ajena a nosotros. Durante el sueño, tenemos la oportunidad de ser espectadores de nuestra propia mente y las creaciones que de ella devengan.
Visto desde un punto más amplio, como muchos ya intuimos, los sueños no sólo nos van a mostrar las proyecciones de la propia psique, sino de todo lo que hay en ella. Esto significa que en los sueños observaremos todo lo que habita en nuestra psique, sea nuestro, o ajeno; sea personal o familiar; sea individual o colectivo. Tanto nuestra mente como los reflejos que en ella devengan de otras realidades ajenas a nosotros.
Al ser un camino tan claro para observar nuestra mente, pueden ser una herramienta importante y hermosa para sanarnos a nosotros mismos. En ellos podemos ver representada la relación simbólica entre una enfermedad física y un problema psíquico. De tal forma, al llegar a las raíces en la psique de la enfermedad, podremos arrancarlas y transformar así nuestra vida.
Sin embargo es complejo comprender el mundo onírico. Los sueños se representan en un lenguaje particular, único, totalmente simbólico. Pudiera ser también que la persona no logre recordar los sueños o que estos se presenten borrosos, inaccesibles, ininteligibles. Aprender a soñar conscientes es un camino hacia la iluminación de la mente.
El primer paso para aprender a soñar conscientes y utilizar los sueños de una forma clara es comprender qué tipo de sueños estamos teniendo.
Tenemos tres tipos de sueños:
- Sueños kármicos
- Sueños conscientes o lúcidos
- Sueños trascendidos
Los sueños karmicos son aquellos que tenemos cuando el “yo onírico” no sabe que está dormido. Todos los sueños que tenemos sin saber que estamos soñando.
Estos sueños nos muestran la mente en su estado más inconsciente y dormido. Es la propia mente sin concreción ni claridad. Nos muestran nuestros temores, pasiones, deseos, creencias, odios, tristezas, etc.
Se generan como una proyección de la propia psique y de todo lo que en ella habita. Su único fin es la recreación en si mismos y de ellos poco podremos aprender. Aunque casi todos los diccionarios simbólicos de sueños se refieren a este tipo de sueños, mostrándonos el estado en bruto de nuestra propia mente.
Dentro de estos sueños encontraremos sueños de angustia o prisa (sensación de persecución), de temor (inquietud paralizante), de rabia, de tristeza o soledad, de posesividad u opresión.
Los sueños conscientes o lúcidos son aquellos que tenemos cuando el “yo onírico” sabe que está dormido. Todos aquellos sueños en los que sabemos que estamos soñando y nuestra mente despierta de una forma lúcida en el mismo sueño.
Estos sueños son de gran importancia y dentro del trabajo de los sueños. Representan los sueños que nos ayudarán a transformar nuestra mente, a sanar nuestro sufrimiento mental, a encontrar calma y claridad.
En ellos encontraremos nuestra mente en un estado superior, e incluso podremos ver los diferentes arquetipos con claridad. Podremos descubrir el yo consciente, el inconsciente, el subconsciente y el supraconsciente como personajes, formas o incluso manifestaciones.
Los sueños trascendidos son aquellos sueños donde la mente está en un estado trascendido y elevado. Son muy raros y en ellos vivimos experiencias místicas elevadas.
El trabajo con los sueños
Para tener sueños conscientes tenemos que trabajar tres aspectos:
- Intención de soñar. Claridad en los sueños, constancia en el trabajo
- Liberación. Sin aferrarnos a la mente y a la experiencia, sino como observadores conscientes contemplamos en estado de calma la vivencia onírica
- Transformación. Fluyendo y transformandonos constántemente con cada vivencia
Los primeros ejercicios
Proyectar un sueño concreto
Busca proyectar un sueño consciente concreto para tener durante la noche. Es importante centrarte en las imágenes y aspectos determinados que quieres que aparezcan en el sueño.
Proyectar un sueño respuesta
Proyecta un sueño que te ayude como respuesta, con un significado que necesites para tu vida. Utiliza tu mente para enfocar la pregunta y durante el sueño busca las respuestas.
Generar una vivencia a través de un sueño
Proyecta un sueño que genere una emoción, experiencia o sentimiento que necesites en tu vida o que desees.
Los sueños son una puerta más a tu mundo interior. A través de ellos también puedes conocerte, liberarte y despertar.
Trabajar con los sueños es trabajar con todo lo que está oculto en la vida para despertarlo.
Cuando soñamos, no tenemos las limitaciones de nuestro cuerpo físico ni del plano físico. Podemos por tanto viajar más allá del tiempo y del espacio, descubriendo más allá de los límites de la razón y el conocimiento humano.