Se trata de la meditación fundamental. Es la forma más importante y básica de meditación. Buda la describía como la forma en que logró la iluminación y fue la primera práctica de meditación que enseño. Literalmente significa: atención en la inhalación y en la exhalación.
En una primera fase de la práctica podríamos tomar conciencia del aire entrando y saliendo de la punta de la nariz. Esto ayudará a aquellas personas que más dificultades tengan en la meditación o que se inicien. Con el tiempo uno no mantiene la atención en las fosas nasales, sino en el vientre, en el cuerpo, en la vida.
A través de la meditación en la respiración uno va logrando mayor conciencia, aprende a fluir con la respiración y de manera natural surge el silencio.
En la siguiente fase uno se hace consciente de su silencio. Se siente una gran atención y conciencia.
Al mantener la conciencia en lo que ocurre en nosotros se va logrando una fijación y la mirada interior se hace más clara.
Poco a poco nos alejamos de las formas del yo, del nacimiento, de la muerte, de los bardos, purificándonos de todas las impurezas y regresando al inicio, a la esencia.
Anapanasati Sutta : SERMÓN A LA ATENCIÓN A LA RESPIRACIÓN DEL BUDDHA nº 118
MAJJHIMA NIKAYA. Los Sermones Medios del Buddha
Traducción del pali de Amadeo Solé-Leris y Abraham Vélez de Cea
Así lo he oído. En cierta ocasión el Bienaventurado residía en Savatthi, en el parque del este, en el palacio de la madre de Migara, en compañía de discípulos veteranos y muy distinguidos tales como el venerable Maha Moggallana, el venerable Maha Kassapa, el venerable Maha Kaccana, el venerable Maha Kotthita, el venerable Maha Kappina, el venerable Maha Cunda, el venerable Anuruddha, el venerable Revata, el venerable Ananda y otros discípulos veteranos y muy distinguidos. En aquella ocasión los monjes veteranos habían estado adiestrando e instruyendo a los nuevos monjes. Algunos monjes veteranos habían adiestrado e instruido a diez nuevos monjes, otros a veinte, otros a treinta, otros a cuarenta. Los nuevos monjes, adiestrados e instruidos por los monjes veteranos, habían logrado sucesivamente elevados estados de plenitud.
Entonces, a mediados de mes, siendo día festivo, habiendo luna llena y celebrándose el final del retiro de la estación de las lluvias, el Bienaventurado estaba sentado al aire libre rodeado por la comunidad de monjes. El Bienaventurado, viendo a la comunidad de monjes congregados en silencio a su alrededor, les dijo:
-Monjes, me complace vuestro progreso en el camino, mi mente se complace con vuestro progreso en el camino. Sin embargo, monjes, para lograr lo no logrado, alcanzar lo no alcanzado y experimentar lo no experimentado, tenéis que perseverar con energía cada vez mayor. Me quedaré aquí en Savatthi, hasta la luna llena del cuarto mes de la estación de las lluvias.
Los monjes del lugar se enteraron de que el Bienaventurado se quedaría en Savatthi hasta la luna llena del cuarto mes de la estación de las lluvias, por lo que decidieron ir a Savatthi para ver al Bienaventurado.
Los monjes veteranos siguieron adiestrando e instruyendo cada vez más a los nuevos monjes. Algunos monjes veteranos adiestraban e instruían a diez nuevos monjes, otros a veinte, otros a treinta, otros a cuarenta. Los nuevos monjes, adiestrados e instruidos por los monjes veteranos, lograron sucesivamente elevados estados de plenitud. Cuando era mediados de mes, siendo día festivo y siendo luna llena del cuarto mes de la estación de las lluvias, el Bienaventurado estaba sentado al aire libre rodeado por la comunidad de monjes. Entonces, el Bienaventurado, viendo a la comunidad de monjes congregada en silencio a su alrededor, les dijo:
-Esta asamblea, monjes, no habla en vano; esta asamblea, monjes, no habla por hablar; se centra en lo más puro y esencial. Monjes, una comunidad monástica como ésta, una asamblea como ésta, una asamblea tal y como es ésta, es merecedora de dádivas, de hospitalidad, de ofrendas, de reverencias, es incomparable terreno de mérito para el mundo. Monjes, a una comunidad monástica como ésta, a una asamblea como ésta, a una asamblea tal y como es ésta, hacerle una pequeña donación es algo grande; hacerle una gran donación es algo mayor. Monjes, una comunidad monástica como ésta… es difícil de ver en el mundo. Monjes, para ver una comunidad monástica como ésta… merecería la pena recorrer muchas leguas con la maleta a cuestas. Monjes, tal es esta comunidad de monjes, tal es esta asamblea.
»Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes de perfecta santidad que han aniquilado las corrupciones, que han vivido la vida de santidad, hecho lo que había por hacer, abandonado la carga, logrado el bien supremo, extirpado las trabas del devenir y se han liberado por el recto conocimiento Monjes, hay monjes de ésos en esta comunidad monástica. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que han aniquilado las cinco primeras trabas de esta orilla, que surgirán espontáneamente en esferas superiores donde lograran el Nibbana definitivo sin volver a renacer . Monjes, hay monjes de ésos en esta comunidad monástica. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que han aniquilado las tres primeras trabas de esta orilla, y que además han mitigado la pasión, el odio y la ofuscación. Son los que vuelven una vez, y que, regresando sólo una vez a este mundo, pondrán fin al sufrimiento. Monjes, hay monjes de ésos en esta comunidad monástica. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que han aniquilado las tres primeras trabas de esta orilla. Son los que entran en la corriente, no están ya expuestos a retroceder, están a salvo, encaminados definitivamente hacia la iluminación final. Monjes, hay monjes de ésos en esta comunidad monástica. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que viven dedicados al cultivo de los cuatro fundamentos de la atención. Monjes, hay monjes de ésos en esta comunidad monástica. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que viven dedicados al cultivo de los cuatro tipos de recto esfuerzo… de las cuatro bases del poder psíquico… de las cinco facultades… de los cinco poderes… de los factores de la iluminación… del Noble Óctuple Sendero.. Hay monjes que viven dedicados al cultivo de la benevolencia… de la compasión… de la alegría compartida… de la ecuanimidad … de lo repulsivo … y los hay dedicados a la percepción de la impermanencia. Monjes, en esta comunidad monástica hay monjes que viven dedicados al cultivo de la atención a la respiración.
»Monjes, la atención a la respiración, cultivada y practicada con asiduidad, da mucho fruto y es muy beneficiosa. La atención a la respiración, monjes, cultivada y practicada con asiduidad, lleva a la perfección de los cuatro fundamentos de la atención. Los cuatro fundamentos de la atención, cultivados y practicados con asiduidad, llevan a la perfección de los siete factores de la iluminación. Los siete factores de la iluminación, cultivados y practicados con asiduidad, llevan a la perfección del conocimiento y la liberación. ¿ Y cómo, monjes, hay que cultivar y practicar con asiduidad la atención a la respiración para que dé mucho fruto y sea muy beneficiosa? »
He aquí, monjes, que un monje que se ha ido al bosque o al pie de un árbol o un lugar solitario, se sienta, cruza las piernas, yergue el cuerpo y fija la atención en tomo a la boca. Atento inspira y atento espira:
»Al inspirar profundamente, sabe: «Inspiro profundamente». Al espirar profundamente, sabe: «Espiro profundamente». Al inspirar ligeramente, sabe: «Inspiro ligeramente». Al espirar ligeramente, sabe: «Espiro ligeramente».
»Se ejercita así: «Consciente de todo el cuerpo, inspiraré». Se ejercita así: «Consciente de todo el cuerpo, espiraré».
»Se ejercita así: «Calmando la actividad corporal, inspiraré». Se ejercita así: «Calmando la actividad corporal, espiraré».
»Se ejercita así: «Consciente del gozo, inspiraré». Se ejercita así: «Consciente del gozo, espiraré».
»Se ejercita así: «Consciente de la felicidad, inspiraré». Se ejercita así: «Consciente de la felicidad, espiraré».
»Se ejercita así: «Consciente de la actividad mental, inspiraré». Se ejercita así: «Consciente de la actividad mental, espiraré».
»Se ejercita así: «Calmando la actividad mental, inspiraré». Se ejercita así: «Calmando la actividad mental, espiraré» .
»Se ejercita así: «Consciente de la mente, inspiraré». Se ejercita así: «Consciente de la mente, espiraré».
»Se ejercita así: «Regocijando la mente, inspiraré». Se ejercita así: «Regocijando la mente, espiraré».
»Se ejercita así: «Concentrando la mente, inspiraré». Se ejercita así: «Concentrando la mente, espiraré».
»Se ejercita así: «Liberando la mente, inspiraré». Se ejercita así: «Liberando la mente, espiraré».
»Se ejercita así: «Contemplando la impermanencia, inspiraré». Se ejercita así: «Contemplando la impermanencia, espiraré» .
»Se ejercita así: «Contemplando el desapasionamiento , inspiraré». Se ejercita así: «Contemplando el desapasionamiento, espiraré».
»Se ejercita así: «Contemplando la cesación, inspiraré». Se ejercita así: «Contemplando la cesación, espiraré».
»Se ejercita así: «Contemplando el desasimiento, inspiraré».
»Se ejercita así: «Contemplando el desasimiento, espiraré».
»Así es como la atención a la respiración, cultivada y practicada con asiduidad, da mucho fruto y es muy beneficiosa.
»¿ y cómo, monjes, hay que cultivar y practicar con asiduidad la atención a la respiración para que lleve a la perfección de los cuatro fundamentos de la atención?
»Monjes, siempre que el monje, al inspirar profundamente, sabe: «Inspiro profundamente», y al espirar profundamente, sabe: «Espiro profundamente», y al inspirar ligeramente, sabe: «Inspiro ligeramente», y al espirar ligeramente, sabe: «Espiro ligeramente», y se ejercita así: «Consciente de todo el cuerpo, inspiraré», y se ejercita así: «Consciente de todo el cuerpo, espiraré», y se ejercita así: «Calmando la actividad corporal, inspiraré», y se ejercita así: «Calmando la actividad corporal, espiraré», entonces el monje está contemplando el cuerpo en el cuerpo, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Yo os digo que una de las contemplaciones del cuerpo en el cuerpo es la contemplación de la respiración. Por eso decimos que en ese instante el monje está contemplando el cuerpo en el cuerpo, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Monjes, siempre que el monje se ejercita así: «Consciente del gozo, inspiraré», y se ejercita así: «Consciente del gozo, espiraré», y se ejercita así: «Consciente de la felicidad, inspiraré», y se ejercita así: «Consciente de la felicidad, espiraré», y se ejercita así: «Consciente de la actividad mental, inspiraré», y se ejercita así: «Consciente de la actividad mental, espiraré» , y se ejercita así: «Calmando la actividad mental, inspiraré», y se ejercita así: «Calmando la actividad mental, espiraré», entonces el monje está contemplando las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Yo os digo que una de las contemplaciones de las sensaciones en las sensaciones es la contemplación de la respiración. Por eso decimos que, en ese instante, el monje está contemplando las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Monjes, siempre que el monje se ejercita así: «Consciente de la mente, inspiraré», y se ejercita así: «Consciente de la mente, espiraré» , y se ejercita así: «Regocijando la mente, inspiraré», y se ejercita así: «Regocijando la mente, espiraré», y se ejercita así: «Concentrando la mente, inspiraré», y se ejercita así: «Concentrando la mente, espiraré», y se ejercita así: «Liberando la mente, inspiraré» , y se ejercita así: «Liberando la mente, espiraré», entonces el monje está contemplando la mente en la mente, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Yo no digo que el que carece de atención y lucidez cultiva la atención a la respiración. Por eso decimos que, en ese instante, el monje está contemplando la mente en la mente, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Monjes, siempre que el monje se ejercita así: «Contemplando la impermanencia, inspiraré», y se ejercita así: «Contemplando la impermanencia, espiraré», y se ejercita así: «Contemplando el desapasionamiento, inspiraré», y se ejercita así: «Contemplando el desapasionamiento, espiraré», y se ejercita así: «Contemplando la cesación, inspiraré», y se ejercita así: «Contemplando la cesación, espiraré» , y se ejercita así: «Contemplando la renunciación, inspiraré», y se ejercita así: «Contemplando la renunciación, espiraré», entonces el monje está contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Habiendo visto con sabiduría, cómo se renuncia a la codicia y la aflicción, contempla con total ecuanimidad. Por eso decimos que, en ese instante, el monje está contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Así es, monjes cómo la atención a la respiración, cultivada y practicada con asiduidad, lleva a la perfección de los cuatro fundamentos de la atención.
»¿ y cómo, monjes, hay que cultivar y practicar con asiduidad los cuatro fundamentos de la atención para que lleven a la perfección de los siete factores de la iluminación?
»Monjes, siempre que el monje está contemplando el cuerpo en el cuerpo… las sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano, entonces consigue la integridad de la atención.
»Monjes, siempre que el monje mantiene la integridad de la atención, entonces brota en él la atención que es factor de la iluminación, él la cultiva y, cultivándola, la lleva a su perfección. Así, permaneciendo atento, explora y escruta esta realidad, investigándola y examinándola con sabiduría.
»Monjes, siempre que el monje, permaneciendo atento, explora y escruta esta realidad, investigándola y examinándola con sabiduría, entonces brota en él la indagación de la realidad que es factor de la iluminación, él la cultiva y, cultivándola, la lleva a su perfección. Así, permaneciendo atento, explora y escruta esta realidad, investigándola y examinándola con sabiduría. De explorar y escrutar esta realidad, investigándola y examinándola con sabiduría, brota en él inagotable energía.
»Siempre que el monje, con inagotable energía, explora y escruta esta realidad, investigándola y examinándola con sabiduría, brota en él la energía que es factor de la iluminación, él la cultiva y, cultivándola, la lleva a su perfección.
»De la energía que ha brotado surge el gozo espiritual.
»Siempre que en el monje surge el gozo espiritual fruto de la energía, brota en él el gozo que es factor de la iluminación, él lo cultiva y, cultivándolo, lo lleva a su perfección.
»Del gozo se sosiegan el cuerpo y la mente.
»Siempre que en el monje hay el gozo que sosiega el cuerpo y la mente, brota en él el sosiego que es factor de la iluminación, él lo cultiva y, cultivándolo, lo lleva a su perfección.
»Del sosiego del cuerpo y la felicidad, la mente se concentra.
»Siempre que en el monje la mente se concentra gracias al sosiego del cuerpo y la felicidad, brota en él la concentración que es factor de la iluminación, él la cultiva y, cultivándola, la lleva a su perfección.
»Contempla con total ecuanimidad la mente así concentrada.
»Siempre que el monje contempla con total ecuanimidad la mente así concentrada, brota en él la ecuanimidad que es factor de la iluminación, él la cultiva y, cultivándola, la lleva a su perfección.
»Así es, monjes, como hay que cultivar y practicar con asiduidad los cuatro fundamentos de la atención para que lleven a la perfección de los siete factores de la iluminación.
»¿ y cómo, monjes, hay que cultivar y practicar con asiduidad los siete factores de la iluminación para que lleven a la perfección de la liberación por el conocimiento?
»He aquí, monjes, que el monje cultiva la atención que es factor de la iluminación, basado en el apartamiento, el desapasionamiento y la cesación, y que madura el abandono … el monje cultiva la indagación de la realidad… la energía… el gozo… el sosiego… la concentración… la ecuanimidad que es factor de la iluminación, basado en el apartamiento, el desapasionamiento y la cesación y que madura el abandono.
»Así es, monjes, como hay que cultivar y practicar con asiduidad los siete factores de la iluminación para que lleven a la perfección de la liberación por el conocimiento.
» Así habló el Bienaventurado, y los monjes gozaron y se complacieron con sus palabras.