El sentido de los Sueños

Muchas veces queremos dar sentido a nuestros sueños, buscar su significado, sin comprender que los sueños no son imágenes reales, sino proyecciones de nuestra propia psique. Cuando una persona trabaja internamente, cuando una persona logra un desarrollo mental, emocional y espiritual, su mente durante el día “proyecta” y “recibe”, entonces siente, percibe, analiza, utiliza la mente de una forma activa y reacciona ante lo que se presenta.

Pero cuando una persona no tiene un trabajo interior, es muy probable que, ante sus propias emociones, sus crisis emocionales, sus propios pensamientos, no pueda hacer nada. Muchas veces puede sentirse abrumada por la cantidad de pensamientos que tiene en la cabeza sin lograr controlarlos, o las emociones que siente, sin lograr entenderlas. En estos casos, los sueños son igual que durante el día, proyecciones mentales del estado natural de la mente. Entonces, en el yoga de los sueños, se dice que sus sueños son kármicos.

En los casos que los sueños sean kármicos, son sueños de dolor, angustia, que muestran dudas y temores, o que muestran rutinas, patrones mentales, todo lo que está en el subconsciente y no tenemos control sobre ello.

Cuando la persona logra un trabajo interior, un desarrollo y una práctica en el yoga de los sueños, estos se tornan clarificadores y realmente nos ayudan a crecer, a expandirnos.

Los sueños lúcidos son claves. Se tiene un sueño lúcido cuando en el mismo sueño somos conscientes que estamos soñando.

Se tienen sueños lúcidos, cuando durante el día, en la vigilia, somos conscientes de la vida, de nuestra mente, nuestro estado mental y nuestro sentir.

En todos los demás casos, los sueños sólo mostrarán reflejos de todo aquello que nos angustia, atormenta, limita, o lo que hacemos en el día a día.

El trabajo del yoga de los sueños te lleva a que aprendas a ser consciente en los sueños, no a tener consciencia de los sueños, sino en ellos. La diferencia es clave.

Muchas personas buscan revelaciones en sus sueños, comprenden que su mente es sabia, que los sueños son una ventana al saber y al conocimiento trascendental, pero olvidan que los sueños serán revelaciones cuando nuestra mente esté limpia y clara.

Hay sueños intensos, inquietantes, o sueños en los que vemos a otras personas con gran nitidez. Hay sueños kármicos donde hay claridades, donde hay revelaciones, igual que todas las personas hay momentos en su vigilia que tienen claridades, momentos de paz, de apertura mental… No consiste en que estés en un extremo u otro, en un estado mental de claridad onírica completa o de bruma y dualidad. En la vida a veces estamos en un momento de apertura mental, pero también hay cosas que no logramos entender, y viceversa. Pero mientras nuestra mente es confusa y ansiosa, lo mejor es apartar un poco el significado de los sueños, comprendiendo que, en ellos, lo más probable es que encontremos la misma agitación, confusión y dolor que tenemos durante el día.

Muchos sueños hablan de nuestros deseos, de ilusiones que nos gustarían vivir. Las personas que sienten que su vida es insatisfactoria, en estos sueños encuentran una vía de escape. Su mente proyecta todo aquello que le gustaría ser, o le gustaría sentir. Estos sueños no muestran un futuro real, ni tampoco un mundo real, sino una ilusión. ¿Cuántas veces alguien se ha quedado confundido porque imaginaba todo lo que podría ser, incluso cree que eso es real, pero no lo es, sólo es una quimera?

Algunas veces los sueños nos muestran a otras personas oscuras, negativas, o sabias y amorosas. Tampoco significa esto que esas personas sean así, sino que sirven para que entendamos cómo las vemos, cómo las entendemos. Nuestra envidia o rencor puede hacer que soñemos con alguien como un monstruo, o como alguien que nos ataca. Nuestra admiración y amor puede hacer que veamos a alguien como una luz en nuestro camino. Nuevamente no significa que esa persona sea así, sino que nosotros la vemos así.

Hasta lograr un trabajo profundo en el yoga de los sueños, cada una de nuestras proyecciones oníricas, es bueno entenderlas como parte de nuestro aprendizaje.

Cuando meditamos ocurre igual, al principio la meditación se torna confusa y nuestra mente no para de pensar, de agitarse, o nos quedamos dormidos porque somos incapaces de mantener la atención.

Más tarde la mente se torna orgullosa, y empieza a proyectar “sabiduría”, imágenes claras y visiones trascendentales donde el meditante que desconoce esto, cree hallar la realización y la verdad.

Por último, la mente está clara, en apertura. El observador pasa a un estado de contemplación donde no busca, no genera, no cree encontrar nada ni tener nada, y está en paz. Entonces la persona está presente.

Este mismo proceso ocurre en los sueños. En una primera fase, los sueños son turbios, y sólo reflejan la agitación de la mente. En una segunda fase los sueños son lúcidos, claros, brillantes, pero sólo espejismos del ego que intenta seguir protagonizando todo. En una tercera fase, los sueños son claridad, estados de lucidez y paz.

Publicaciones Similares