La motivación es un estado más elevado de conciencia donde nuestra atención se enfoca en aquello que nos inspira positivamente y a través de la curiosidad, la confianza y la energía que nos entrega esta inspiración, nos lleva a la acción.
La motivación es la clave para la acción. Es el primer paso que debemos dar para vivir un cambio conscientes.
Podemos encontrar dos tipos de motivación en la vida. Una motivación provista de ego y una motivación desprovista de ego.
Cuando nuestra motivación se basa en continuar alimentando nuestro engaño y nuestro ego, lo único que pretenderemos serán frutos para nosotros mismos. Es una motivación basada en lo temporal, en lo ilusorio y en los méritos propios.
Esta motivación pronto desaparece. Una motivación así siempre acaba en decepción, en tristeza. Da lo mismo aquello que sea nuestro objeto de motivación, siempre desaparecerá, y nuestro deseo insatisfecho nos llenará de dolor.
Una motivación desprovista de ego es una intención muy positiva de acción y compromiso con la vida.
Nos lleva directamente a tener una gran confianza en nosotros mismos y en la vida.
Cuando uno se motiva abiertamente desde su corazón no busca méritos, ni busca cambios, sólo la experiencia de estar presente, de actuar, de ser parte de la vida. Entonces aparecen realmente los cambios
La motivación correcta nos entrega una acción tranquila, una mente en paz, y esto trae grandes beneficios en nuestra vida. No es una acción que consuma, es una acción que entrega fuerzas, vitalidad, alegría, sosiego.
Para obtener una motivación desprovista de ego es importante comprobar una por una nuestras decisiones y saber analizar cuál es el principal motivo en nosotros para tomarlas. Analizar por qué realizamos cada una de nuestras acciones, hasta que poco a poco vayamos depurando nuestras intenciones y siento más coherentes y honestos con nosotros mismos.