La sal marina es un agente equilibrador y purificador, tanto para el cuerpo como para lugares y objetos.
En la tradición celta se trataría de una quintaesencia, un elemento que ayuda a unir todos los demás elementos.
La sal en los océanos unen y dan vida al planeta entero, la vida humana y la vida de todo cuanto nos rodea, tiene sentido por la sal marina. Se trata de un elemento esencial para todos.
Sobre los objetos y lugares se utiliza como purificador y protector.
Las tradiciones son, desde enterrar un objeto en sal, colocar un cuenco con sal en la entrada, arrojar un puñado sobre alguien o algo, o en la entrada de una casa, hasta dejar unos cristales de sal en la mesilla de noche, o debajo de la cama antes de dormir.
También se utiliza con el cuerpo, en baños y limpiezas, o bebiéndolo para lograr el equilibrio y la purificación dentro de nosotros.
No existe tradición que no haya utilizado la sal como elemento purificador, y que no se haya beneficiado de sus muchas cualidades.
Sobre los objetos y personas se cree que los limpia, al igual que los cuerpos, dejando salir todas las impurezas y equilibrando las cualidades positivas del objeto o persona. Se potencia con las piedras y objetos sagrados dejándolos enterrados en sal en una noche de luna llena. También se pueden dejar enterrados durante todo un ciclo lunar completo.
En los lugares, la sala se podría dejar o un día, o semanas y meses. Cuando esa sal se endurece o se derrama, entonces se cambia rápidamente. Se solía dejar en esquinas de las casas, en las repisas de las ventanas, bajo las camas, en la entrada o cerca de los lugares donde hubiese agua.
En las entradas se soltaba un puñado hacia fuera, a modo de protección.
Una interesante tradición americana consiste en arrojar un puñado de sal con fuerza y asustando a las entidades cotra la persona en pie con brazos estirados.