Compromiso con uno mismo

El inicio del camino interior es conocerse a uno mismo, amarse, valorarse, respetarse… Consiste en afinar nuestras palabras, pensamientos y acciones en función de los anhelos de nuestro SER.

Al profundizar el camino interior, buscamos liberar la mente del dolor y la ilusión.

Esta parte de la formación intenta abordar este inicio del camino interior, logrando un compromiso con la compasión y la esencia. Desarrollando las virtudes humanas con las que nacemos y son naturales a nuestra naturaleza

Muchos de los problemas que nos abordan a lo largo de la vida, tienen relación con aquello que estamos comprometidos. ¿Quién gobierna nuestras acciones?

Cuando nuestro ego, pasiones, deseos, temores, rencor, dolor…, gobiernan nuestros pensamientos, palabras y acciones, estas conducen a más dolor.

¿Por qué haces lo que haces? ¿Qué pretendes conseguir? ¿Qué estás construyendo-destruyendo con tu mente, tus palabras y tus acciones?

En caso de que te sientas víctima de tus estados mentales y emocionales, ¿Quién/qué gobierna tu vida?

Al reconocer que nuestro enemigo somos nosotros mismos, simplemente tenemos que «cambiar» el gobierno de nuestra mente, buscando servir aquello que sentimos más puro y consciente.

Aunque no lo parezca, el proceso es sencillo. Tú tienes el poder de cambiar tu vida.

1º: Eliminar los autosabotajes

Analiza y descubre cuántas cosas haces en contra de ti mismo. Cuántas cosas dices, de cuántas cosas te alimentas, cuántas palabras y pensamientos, emociones y acciones, te hacen daño. Analiza y descubre en el día a día todo aquello que te daña.

Si consideras necesario, bien porque quieres profundizar o bien porque crees que tu conducta tiene una tendencia autodestructiva, establece un tiempo como una semana para observar y anotar, una a una, todas aquellas cosas que haces en contra de ti mismo.

Los autosabotajes simplemente son hábitos, basados en creencias negativas de ti mismo o de la propia vida, que al no enfrentarlos a tiempo, han crecido en tu vida hasta formar parte de los hábitos.

En un nivel más profundo de enseñanza espiritual, la mente inconsciente tiende a degenerar. Incluso la historia muestra como en el pasado puro haber etapas con consciencia, respeto, amor, iluminación… pero la humanidad tiende a degenerar. La falta de esfuerzo y miras hacia la pureza de pensamiento y acción, hace tender a la falta de virtud.

Elevar la conciencia, requiere esfuerzo y constancia. Incluso cuando hemos logrado un estado mental y emocional óptimo y natural, sin no se mantiene un pequeño esfuerzo para mantener esta actitud, la mente tenderá a oscurecerse y nublarse.

En el inicio, entonces, debemos comprender que partimos con una serie de autosabotajes, una tendencia a comportamientos y actitudes que nos hacen daño, y es preciso, para lograr la dicha y la plenitud, ser conscientes de estos obstáculos que nosotros mismos nos ponemos, e ir transformándolos poco a poco.

Cuando profundizamos en un camino y en la meditación, por mucha coherencia y claridad que hayamos encontrado, tenemos que comprender la tendencia de la mente a nublarse, a oscurecerse, a dormirse o a generar ruido. Por ello la misma práctica de tomar conciencia de los autosaboteos se intensifica, pues se expande a los sueños, a estados más elevados de conciencia, a nuestro entorno, a nuestro ego espiritual.

2º: Intención

Descubre las intenciones detrás de tus acciones. Descubre porqué haces las cosas que haces.

En el camino interior, uno aprender a encontrar un compromiso con el propio ser, a fin de que sea nuestro corazón quien gobierne y dirija nuestras verdaderas acciones. Así reconectamos con los valores y las virtudes humanas, y se desarrolla una actitud donde nuestros valores son afines a nosotros mismos.

La intención en la acción, en la palabra y en la mente, responde a lo que gobierne nuestra mente.

En un inicio, en el camino del autodescubrimiento, es probable que descubras que tu gobierno es el propio ego: los deseos, la vanidad, la codicia, la búsqueda de reconocimiento… Cuando hemos abandonado los valores o no tenemos propósito en la vida, las personas permitimos que sean los impulsos más bastos los que gobiernan nuestra vida. Así surge una sociedad sin valores, donde cada cual lucha por sobrevivir, sin importar su entorno ni las consecuencias de sus acciones.

Entonces se empieza a delimitar el gobierno de tu propia mente, se empieza a perfilar un destello de claridad y objetividad, de dirección y coherencia en la vida.

Las personas que tienen claros sus objetivos, logran lo imposible.

Según nuestras raíces o formas de vida, es probable que tengamos una tendencia u otra. Por ejemplo, dentro del camino de la mayoría de las religiones monoteístas, el fin último es servir a Dios; dentro del budismo, el fin último es servir para el despertar y la felicidad de la humanidad; dentro del chamanismo, el fin último es servir a la naturaleza física y espiritual… El educador sirve a la cultura, el consumista sirve al dinero, el funcionario sirve al gobierno…

Por más que uno crea más o menos en aquello a lo que está sirviendo, lo cierto es que en el día a día, si tus acciones, pensamientos, palabras, giran en torno de algo, entonces se puede decir que ese algo te gobierna, que consciente o inconscientemente sirves a ese algo.

En el autoconocimiento no importa lo que elijas servir, importa que seas consciente de esa elección, y, sobre todo, si ese algo que lidera tu vida no te gusta, lo transformes en aquello que anhelas.

3º Determinación y compromiso

Una vez eliges gobierno interno, sea el SER, la divinidad, el amor, la consciencia o el dinero, sin importar lo que elijas que dirija tus acciones y tu vida, es importante la voluntad y la determinación en la acción: abandonar la duda y centrarte en la acción, palabra y mente enfocada a tus objetivos.

Es obvio que, a lo largo de la vida, sobre todo cuando elegimos objetivos que nos afines a nuestro ser, estos irán variando y transformándose. Sin embargo, la determinación y el compromiso nos ayuda a desarrollar el esfuerzo, la constancia, la lealtad a nosotros mismos.

Abandonar este compromiso es normal cuando vemos que los fines no son adecuados, en ese momento, transforma tu mente y tus acciones, pero hasta ese momento, evita la duda y enfoca tu energía en aquello que quieres lograr. Una persona exitosa no es aquella que elige mejor sus fines, sino aquella que se compromete con estos objetivos.

Con estos tres pasos trabajamos tres cualidades importantes: la autoobservación y el autoconocimiento, la actitud correcta y la integralidad.

Así nace un compromiso con uno mismo, para ser fieles a nosotros, y para que nuestras palabras, pensamientos y acciones sean parte de este compromiso con nuestro propio ser.

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