Cada persona que ves es una vida, una historia… son amores y desamores, lucha, superación, voluntad…
Cada persona que ves que se te cruza en tu camino, tiene una familia, que está ahí, o que se fue, o tal vez que nunca conoció, que ama, tolera o dejó de hablar con ellos, que olvidó o perdonó.
Cada persona que viste hoy alguna vez se sintió sola, o perdida, sintió que fracasó, sintió que la engañaban o que no era capaz de continuar, tal vez sintió que se rendía.
Cada una de las personas que has visto hoy, que viste ayer, a lo largo de tu vida, son alguien que ha vivido tantas cosas como tú, tan importantes como tus cosas, que se sintió muchas veces como tú te sientes.
Cada persona que aparece en tu destino, es alguien que amo con intensidad, que agradeció, que sintió placer, alegría y felicidad.
Si no conoces a esas personas, si no has conectado con ellas, o no las comprendes, o no sabes nada de ellas, si no las amas, mira adentro. Todo lo que has vivido de alguna forma, esa persona también lo ha vivido. Cualquier que está ahí fuera de ti, siente y conoce todo lo que hay dentro de ti, te conoce, y tu la conoces, porque alguna ve habéis sentido lo mismo.
No la temas, no temas conectar con el otro.
Tal vez se quedó atascada en cosas distintas que tú, tal vez decidió superar obstáculos en los que tú continúas atrapado, pero del arcoíris de experiencias de la vida, esa persona es un mundo, como tú. Si la amas, no conectas sólo con esa persona, al abrir tu corazón, conectarás con su vida al completo, y merece la pena.
Es posible sentir que nuestros problemas lo gobiernan todo, o nuestra vida. Hay muchas personas tan ocupadas en ellas mismas, que olvidan incluso a quienes viven con ellos. No los conocen, no saben lo que sienten, no saben cómo comunicarse con ellos.
Para conectar con el otro, escucha, siente, respira y desde el silencio, verás un maravilloso ser humano, con una vida intensa, profunda, completa.