Abre el corazón a tu propio reflejo. Tal vez ese ojo huraño que te observa y te señala con el dedo acusando tus imperfecciones, criticando y censurando tu naturaleza, lleva años limitando tu creatividad y tu luz. Pero no dejes que mengue nada en ti. Da lo mismo quién señale, cómo lo haga o lo que la critica signifique para ti. Abre tu corazón a tu propio reflejo. Eres tú.
Quien señala no conoce los esfuerzos inmensos que haces para caminar. Tu vida es tuya, dale la mano y avanza hacia el horizonte sin preocuparte por el qué dirán. Cada uno es libre de elegir, pensar, hacer, incluso quien siente que su vida no tiene razón de ser y se apoya en la crítica ajena para dar sentido a lo que hace tiempo que no lo tiene. Incluso aquella persona que siente tal vacío en su corazón que oscurece con sus juicios todo cuanto le rodea, continúa siendo amo de su destino. Sin saberlo, sólo se perjudica a sí mismo. Por ello avanza, sin importar qué dirán, qué esperan que seas.
Tal vez la tierra te esté avisando que fuertes sacudidas amenazan tu destino, sin embargo, aquí estás, preparado únicamente para caminar.
Tu mirada descansa cuando mira a lo lejos, porque está diseñada para observar el infinito, allá donde parece que no hay nada más que la ilusión de una meta añorada.
Tu mente se calma cuando estás aquí y ahora, paso por paso, actuando y disfrutando en tu andanza.
Tu alegría crece en el hacer, en el movimiento consciente, en la presencia.
Tus piernas necesitan caminar, tu espalda estar erguida, tu mirada observar cada día como uno nuevo. Todo tú estás diseñado para caminar hacia el infinito. No existe meta, pues si existiera estarías diseñado para llegar a ella. Existe el camino y el tiempo que el cielo nos regala para caminar.
Cuando uno no encuentra razón a su vida, cuando no sabe cómo caminar, hacia dónde, cuando se siente solo y paralizado, entonces su vida se torna gris y su mirada oscura. Te mira mal desde ese rincón de miseria donde no hay nada mejor que hacer que juzgarse a uno mismo y juzgar todo cuanto le rodea.
No te arredres, no te escondas porque temas que te señalen con el dedo. Esa persona que te mira con ese ojo avizor capaz de encontrar defectos en la perfección, no tiene vida, camino ni destino. No tiene ilusión, admiración ni respeto. No te arredres dejando escapar la posibilidad de ser en este preciso momento, que en definitiva, es lo único que tienes. Este momento que te define y te abraza.
Tu no eres eso que dicen, ese ojo negro que te mira no te conoce, ni ese dedo juicioso que como un cuchillo se te clava en el pecho, puede tocarte ni definirte. Tu no eres lo que alguien cree que eres, tu no eres eso limitante que describen. ¿Acaso alguien desde su incómodo asiento juicioso de te puede definir? ¿Acaso alguien puede asegurar que conoce algo, que sabe algo? Nada ni nadie, ni si quiera el sol puede definirte, porque no eres las piernas, eres el caminar, el camino, la vida, el tiempo. Eres la naturaleza espontanea y salvaje, única y atemporal. Eres la vida que se expresa, la sonrisa que conmueve, la conmoción misma y el amor incondicional.
No temas, la vida es tuya.
Wow! La vida es tuya, Gracias Altair, aquí nace un punto y a parte entre la mente y el latir del corazón. Las palabras en la que se expresa este mensaje se convierten para mi en una increíble melodía, sé que tocado una fibra muy profunda de una forma muy sutil siendo capaz de trasformar el oculto de danza y mi andanza.