Las tres puertas del budismo: Budha, Dharma y Shanga. Silencio, Luz y Espaciosidad de la mente. Vacío, Consciencia y Compasión.
Estas tres puertas son la clave del despertar y generan el desarrollo del Trikaya, los tres cuerpos: Dharmakaya, Shambhogakaya y Nirmanakaya.
Los cuerpos son reales, manifestaciones de luz multicolor que se generan en el proceso del despertar.
Dharmakaya es el cuerpo del Dharma, el cuál se manifiesta a través de la conexión plena con la vacuidad. Es el cuerpo de la conciencia del todo libre de manifestación y distinción. El estado búdico esencial y natural. El Dharmakaya nos da acceso a una realidad absoluta.
A la hora de realizar el trabajo interior, la búsqueda en uno nos lleva a una conexión con el silencio, el vacío, la totalidad, donde descubrimos la mente búdica, infinita y vacía. La experimentación y conexión con la mente búdica genera una forma de consciencia clara del vacío, una consciencia del todo en su naturaleza esecial, donde el todo ES sin manifestación alguna, ni distinción de ninguna clase. Sin agregados, sin adornos, sin forma ni no forma.
Sambhogakaya es el cuerpo de la luz, o cuerpo de felicidad. La sabiduría que nace de la consciencia plena. Es la manifestación tras la práctica espiritual de la plena conciencia y la luminosidad plena. El Shambogakaya es una especie de recompensa, se manifiesta cuando se desarrollado las perfecciones, los paramitas al completo. Es la manifestación luminosa de nuestra sabiduría esencial.
El trabajo y profundización en la conexión de la mente búdica en su basta esencia, permite la apertura al espacio luminoso y sin mácula. Una alegría sin igual conmueve el SER iluminando la mente y cualquier experiencia se convierte en gozo. La experiencia de la luminosa presencia se convierte en claridad y apertura.
Nirmanakaya es el cuerpo de la transformación o el cuerpo que se manifiesta a raiz de la experiencia compasiva y el gozo pleno, la cuál es esencial para enseñar y liberar a los humanos de su sufrimiento. Quién haya alcanzado el Nirmanakaya tiene una presencia sanadora y liberadora, su sentir es compasión pura.
La consciencia plena de la esencia de la mente, va transformando desde la raíz todo lo que encuentra en un acto poderoso de compasión plena. La mente experimenta el gozo supremo y dicha conmoción transforma todo cuanto toca.