Dentro del budismo tibetano, y en común con todas las líneas, se conservan 4 prácticas preliminares que constituyen los elementos básicos y sólidos iniciales del camino. Son las enseñanzas del Ngöndro: las prácticas de purificación preliminares del Tantra Supremo
- La Toma de Refugio en las Tres Joyas (Budha, Dharma y Sangha) (postraciones)
- Bodhichita a través del mantra de 100 sílabas de Vajrasattva
- Ofrecimiento de mandala
- Guru Yoga
Estás prácticas, en secreto hasta mediados del sXX, constituyen en sí una fuente de conocimiento e iniciación budista práctica y completa. El comprender cada una de las prácticas, su aspecto filosófico como el desarrollo, nos ayudará a profundizar en un conocimiento más avanzado.
Comprendamos que, aun con todas las diferencias de cada camino y escuela del budismo tibetano, estas prácticas se han mantenido como un eje común, con pequeñas diferencias, se trata de un inicio necesario para comprender y profundizar en la filosofía y las enseñanzas avanzadas.
La Toma de Refugio en las Tras Joyas
En las enseñanzas de meditación ya hablo con detalle de esta toma de refugio, no desde un aspecto filosófico budista tibetano sino más bien su comprensión más occidental y el fondo de dicha enseñanza. A través del refugio en la esencia pura de uno mismo, nos protegemos de las idas y venidas que esta ilusión de vidas nos hacen sufrir. Por ello tratamos de poder conectar con estas manifestaciones divinas, en nosotros mismos o en un maestro que nos guíe y nos de refugio. Esta toma de refugio, más adelante dará paso a una enseñanza más completa del trikaya: Dharmakaya, Sambhogakaya y Nimanakaya, o los tres aspectos de la realidad del Universo.
Dharmakaya: el cuerpo de la verdad o cuerpo de ley o cuerpo de sabiduría, la conciencia vacía manifestada sobre el océano de sabiduría. El espacio de la sabiduría, el vacío y la mente búdica. El mantra Om.
Sambhogakaya: el cuerpo del buda primordial o cuerpo de luz. Es la luz natural autoemergente e inconcebible. La luz que se manifiesta a través de los budas, el cuerpo del goce perfecto. El éxtasis de luz clara. Mantra Ah.
Nirmanakaya: El cuerpo de la realización, la manifestación física búdica perfecta, la espaciosidad de la mente. El mantra hum.
Aunque estas enseñanzas aparentemente estés separadas, la Toma de Refugio es la clave para acceder a la comprensión espiritual del Trikaya.
En nuestra mente más occidentalizada debemos observar que tendremos una tendencia a buscar un sentido determinado a algo, un conocimiento concreto sobre un asunto, más las enseñanzas espirituales no nos mostrarán ningún conocimiento concreto, sino tenderán a disolver los mismos señalando y siendo símbolos y claves para señalar todo aquello que no se puede determinar ni concretar. El trikaya, la toma de refugio y en general casi todas las enseñanzas místicas, no sólo budistas, no contienen ninguna explicación realmente concreta y convincente, sino que habrá que profundizar en la experimentación y trascendencia de su significado para poder encontrarnos con aquello que señalan, y no lo que dicen de si. Son aspectos indefinibles, y por ende, no son prácticas lineáles hacia un fin determinado, sino trabajos en los cuales se podrá profundizar e indagar de una forma personal e indescriptible.
La Toma de Refugio es una enseñanza totalmente budista, independientemente de la línea hinayanista o mahayanista, sin embargo, en el Mahamudra del budismo tibetano, la toma de refugio adquiere una forma externa más compleja que en otras líneas de budismo, y sus palabas obligan a tomar conciencia del aspecto compasivo y entregado del budismo tibetano, más en última instancia, toda conexión con el Nirmanakaya consiste en una conciencia espiritual manifiesta de un estado de budeidad el cual nos llevaría a comprender la unidad global y universal más allá de cualquier manifestación ilusoria, y por ende, a poner en manifiesto, desde un aspecto metafísico y espiritual, lo que el mismo mantra de la Toma de Refugio dicta.
Postraciones
Las postraciones son una enseñanza más que posiblemente en occidente nos sea muy complicado comprender su trascendencia. En oriente, sin embargo, un discípulo tendería a repetir lo aprendido sin cuestionarlo, más en occidente surgen dudas, apegos, orgullos. Posiblemente surja esta duda del tiempo que ha pasado occidente en una forma de religión organizada alrededor de una figura divina, ante el encuentro de una religión o espiritualidad organizada alrededor de la propia divinidad.
Se considera que las postraciones son el medio físico para la purificación del cuerpo, la mente y el espíritu para poder integrar la toma de refugio. Con las postraciones uno se presenta confesado y postrado ante la divinidad. Es una experiencia de liberación y abandono del remordimiento, un desarrollo de las actitudes básicas para poder disponernos al trabajo de humildad, abandono y apertura mental.
Bodhichita a través del mantra de 100 sílabas de Vajrasattva
La practica de Vajrasattva es una meditación tántrica que nos ayudará a purificar el karma. Es una búsqueda del bodhichita o semilla de la compasión, la cual purificará todo nuestro karma e impulsará al practicante en su camino espiritual.
Al profundizar en este canto, podemos observar que se trata de una meditación del vacío, de la vacuidad, la cual podrá ser más compleja a medida que el practicante avanza en ellas, pues junto con los canticos, hay una serie de visualizaciones y decretos determinados y complejos. Se trataría del desarrollo de la práctica relativa a la cuarta Noble Verdad (la primera enseñanza que entregó Bhuda Sakyamuni), o la verdad de la liberación del sufrimiento. El canto, visualización y meditación de Vajrasattva, sería la vía del desarrollo inicial y profundo de la Bodhichita la cual ayudaría a purificar los remanentes kármicos, la fuerza kármica entramada, las tendencias kármicas y los hábitos constantes kármicos.
Entonces el practicante, en un anhelo de vivir sin remordimiento, sin cargas y liberarse del sufrimiento, con una motivación desprovista de ego, reafirmándose en el anhelo de la bodhichita, y esforzándose en no repetir las acciones negativas, desarrolla la práctica.
El desarrollo de la práctica de Vajrasattva como un medio de generar la motivación y el desarrollo de la semilla de la Bodhichita es motivo indispensable para que la práctica se torne tántrica, de no ser así, simplemente sería un trabajo de purificación kármica.
La forma de la visualización Vajrasatva puede variar dependiendo de las necesidades y el trabajo que se requiera. En general visualizamos a Vijrasatva sobre nosotros con claridad tal cual estuviera allí, y pronunciamos el mantra.
Mantra en sánscrito original:
OM VAJRA-SATTVA SAMAYA MANU-PALAYA, VAJRA-SATTVA TVENO-PATISHTA, DRIDHO ME BHAVA, SUTOSHYO ME BHAVA, SUPOSHYO ME BHAVA, ANURAKTO ME BHAVA, SARVA SIDDHIM ME PRAYACCHA, SARVA KARMA SUCHA ME, CHITTAM SHRIYAM KURU HUM, HA HA HA HA HOH BHAGAVAN, SARVA TATHAGATA VAJRA, MA ME MUNCHA, VAJRI BHAVA, MAHA-SAMAYA-SATTVA, AH HUM PHAT.
La traducción del mantra es:
Om Vajrasatva, mantén tu vínculo cercano. Haz que permanezca cercano a este estado de Vajrasatva. Haz que sea estable. Haz que sea feliz. Haz que sea gozoso. Haz que esté protegido. Confiéreme todos los logros verdaderos. Haz todas mis acciones excelentes. Haz la mente suprema – HUM. HA HA HA HA HO, Incomparable Maestro Vencedor, Estado de Vajra de todos los así idos. No me abandones, Oh Ser Vajra, ser con el gran vínculo. AH HUM PHAT.
Ofrenda de mandala
El ofrecimiento de mandala es una de las prácticas más dichosas con el objetivo de generar la actitud adecuada para el trabajo personal. Y si bien lo más importante, al igual que en las demás prácticas, tan sólo sea el resultado y no la práctica en sí, este trabajo bien comprendido es una bella forma de generar cualidades positivas en uno mismo. Se trata de un modo de entregar mentalmente todo al universo.
Aunque en las prácticas generales budistas nos encontramos una oración de mantala breve, lo cierto es que este trabajo puede ser mucho más complejo y largo, durante la práctica, ya sea mentalmente como con ofrendas físicas, entregamos objetos que están relacionados con el apego, el odio y la ignorancia, los tres venenos esenciales, y al entregar estos objetos, buscamos entregar las raíces que generan estos venenos, buscando purificar la mente y generar la actitud óptima para recibir la enseñanza.
SA SHI PÖ KYI JUNG SHING ME TOG
TRAM
RI RAB LING SHI ÑI DÄ GYÄN PA DI
SANG GYÄ SHING DU MIG TE ÜL WA YI
DRO KÜN NAM DAG SHING LA CHÖ PAR SHOG
Esta base, ungida con
perfume, cubierta de flores,
adornada con el monte Meru, los cuatro continentes,
el sol y la luna, la imagino como un campo de buda y la ofrezco.
¡Qué todos los seres disfruten de esta tierra pura!
En los últimos años he cogido especial cariño hacia el aspecto más filosófico de esta enseñanza, logrando comprender la importancia del desarrollo de la eliminación de ciertos factores de arrogancia, codicia, envidia, deseo, ambición, etc, que puedan generar una motivación egoísta en cualquier practica espiritual, y he podido comprobar como muchas personas, aunque su trabajo es bueno, en general su mayor error reside en la falta de una motivación desprovista de ego y la carencia completa de una práctica que obligue a tomar conciencia de la necesidad de dicha motivación. Muchas personas atascadas en la búsqueda espiritual en los propios méritos, en la propia realización, en los resultados personales, incluso en la búsqueda de placeres y la consecución de sus propios deseos, se traban en esta hermosa práctica sin comprender su trascendencia.
Es necesario, tanto para recibir una enseñanza elemental escolar, como para recibir una enseñanza profunda y mística, una actitud abierta, una escucha determinada, y un abandono de la propia furia, el orgullo y la necesidad de control que surge de la propia ignorancia.
El Guru Yoga
Guru Yoga es la práctica de la devoción, a través de la cual conectamos con nuestro maestro interior y recibimos la medicina espiritual para nuestra propia realización. Se trata de un trabajo de humildad, entrega y apertura del corazón.
Existiría la forma natural de lograr esta práctica a través del sendero interno, donde logramos conectar con la propia luz interior y de ella afluye esta luz a través de los nadis irradiando a todas las manifestaciones hasta disolver toda ilusión que nos rodea. Y aunque esta forma en esta meditación sería la adecuada y en teoría surgiría como una brecha de luz natural a partir de nuestro trabajo personal en la meditación de la vacuidad y la compasión, el trabajo de Guru Yoga que se desarrolla es sobre la luz divina que está en todas partes y cómo no puede pasar directamente a nosotros e iluminarnos, por tener los cuerpos, canales y la mente enturbiada con los venenos, a través de un Guru, al cual admiramos y seguimos, la luz de la conciencia universal llega a nosotros. El maestro, en este caso, se convierte en un vehículo, en un médico que nos facilita la medicina, que no es más que el silencio, la luz y el amor universal. El no es el fín de la meditación sino el medio indispensable para desarrollar la humildad y el sendero. Posiblemente este malentendido sea lo que genere tan mala fama en occidente hacia esta bella y sencilla práctica.
El trabajo se centra en la visualización del maestro en su forma más elevada como puente espiritual hacia el todo, la trasmisión de toda la sabiduría desde el maestro a nosotros, y el descansar en esta nueva conciencia otorgada.
Se desarrolla el trabajo nuevamente en los aspectos esenciales del todo en la visualización y pronunciación del mantra que, independientemente de la línea a seguir, girará alrededor de las sílabas OM, AH y HUNG, recibiendo las bendiciones esenciales del Cuerpo, Voz, Mente y Sabiduría.
Y en este caso más que en ningún otro se hace indispensable para el trabajo del Mahamudra una comprensión de la trasmisión directa de estas bendiciones como un preliminar básico para la propia realización, donde el maestro no es un fín en sí mismo, sino el medio a través del cual recibimos estas bendiciones, el sostenedor de nuestro propio trabajo mientras nos realizamos y el médico que nos facilitará la medicina, no la medicina en sí misma.
El enlace con el maestro o guru en las tradiciones orientales tiene una estrecha relación con un sentido kármico, y muchas veces no ha de tratarse de un maestro por ser más elevado, consciente, sabio ni afamado, sino porque, gracias a su conexión kármica con nosotros, podrá facilitarnos mucho mejor dicha bendición. Incluso en algunos casos que podemos encontrar profundizando en leyendas antiguas, se puede dar que el maestro no sea un practicante, sino una persona sin apenas trabajo interior, que, conociendo la filosofía y las enseñanzas, gracias a su relación kármica con nosotros, haga de puente espiritual o la misma luz, presa de llegar a uno, le utilice como puente para encontrarnos.
El reconocimiento de la labor del maestro es clave para poder avanzar, y no quedarnos atascados en su figura también. Pero también la capacidad de ver al maestro, no como un hombre con poderes sobrenaturales, ni totalmente realizado, sino como una manifestación más de la divinidad en carne propia, la cual nos sirve como puente.
Dicho esto podemos entender que un maestro para realizar el Guru Yoga pudiera ser también una planta, un animal, el sol o el mismo océano, y sí, cierto, más en este caso no desarrollaríamos la humildad y rectitud necesarias para la apertura del corazón.