En su esencia los elementos básicamente son unas energías primordiales y en función de cómo las unamos, y en qué proporción, en qué tiempo, con qué cualidades, darán a luz todo lo que conocemos. Surgen desde la esencia creadora, por ello las cualidades de los elementos están presentes incluso en lo invisible.
Cuando trabajamos con los elementos buscamos equilibrarnos, encontrar orden en nuestro camino, buscamos recuperar la fuerza o recuperar partes de nosotros que estén dañadas.
Por los cambios de la vida, podemos alterar los elementos internos, así podemos tener dañada la tierra, el agua, el fuego, el aire y el eter, por carencia o por exceso.
En muchos trabajos sobre los elementos el eter aparece como quintaesencia, en oriente como espacio. eter significa cielo limpio, firmamento, el aire más puro de las montañas. Con eter nos referimos a la cualidad volátil del espacio que todo lo aguarda, todo lo une, todo lo forma. Si no existiera el eter, los demás elementos no podrían tener cabida.