Parábola Taoísta. Habiendo desatado el nudo

Parábolas de Chuang Tzu

Video con Voz e improvisación de guitarra de Altaïr

Tzu Szu, Tzu Yü, Tzu Li y Tzu Lai se dijeron:

Aquel que pueda de la nada hacer cabeza,

de la vida tronco y de la muerte los lomos

y aquel que haya comprendido que

la muerte y la vida, la existencia y la extinción

son una misma cosa,

a este contaré entre mis amigos.

Los cuatro, mirándose, se echaron a reír. Ninguno

tenía nada que oponer en su corazón. Así, pues, se hicieron

amigos.

De pronto enfermó Tzu Yü. Tzu Szu fue a verle.

Tzu Yu Díjole:

iMagnifico!

El Hacedor de todas las cosas me ha hecho

encorvado y giboso.

Tengo la espalda levantada, las cinco vísceras arriba

y el mentón hundido en el ombligo,

los hombros más altos que la cabeza

y mi giba apunta al cielo.

Los elementos Yin y Yangestán en mí mal equilibrados.

A pesar de eso su corazón se hallaba tranquilo e indiferente.

Arrastrándose penosamente,

se vio reflejado en el pozo y exclamó:¡Ah!

El Creador ha querido hacerme tan encorvadillo.

Tzu Szu le preguntó: ¿Estás disgustado por ello?

Contestóle:

No. ¿Por qué voy a estar disgustado?

Si con el tiempo, de mi brazo izquierdo hace un gallo,

yo cantaré las horas por la noche.

Si, con el tiempo,

de mi brazo derecho hace una bala de ballesta,

yo atacaré los buhos para asar sus tajadas.

Si, con el tiempo, de mis nalgas hace ruedas y

de mi espíritu un caballo, me serviré de este vehículo.

¿Para qué querré otro carro?

Si gano en el cambio

es que el tiempo me es favorable,

si pierdo me conformo con perder.

En todo caso me conformo.

Ni pena ni alegría pueden entrar en mí.

Es lo que los antiguos llamaban haber desatado el nudo.

Cuando uno no puede desatarse

es que las cosas exteriores le tienen atado.

Ahora bien, ha tiempo sabemos que

el Cielo es superior a estas cosas.

¿Cómo, pues, puedo yo disgustarme

por lo que disponga el Cielo?

Poco después, también enfermó Tzu Lai.

Respiraba penosamente y estaba ya para morir.

Su mujer e hijos le rodeaban llorando.

Tzu Li vino a verle. Díjoles:

iEh, largo de aquí! No perturbéis su transformación.

Apoyado en la puerta le dijo:

¡Magnífico! ¿Qué va a hacer de ti el Creador?

¿A dónde te va a enviar?

¿Te vas a convertir en hígado de ratón o en pata de escarabajo?

Tzu Lai contesta:

Cuando los padres mandan al hijo que vaya,

sea hacia el Este o hacia el Oeste,

hacia el Sur o hacia el Norte,

el hijo sólo debe obedecer.

El Yin el Yang son para el hombre más que sus padres.

Ellos me han traído al borde de la muerte,

si yo no los obedeciera sería desobediente.

¿Qué pecado cometen ellos contra mí?

El Universo me ha cargado con la carga de este cuerpo,

me ha agobiado con la vida,

me ha jubilado con la vejez y

me extingue con la muerte.

Buena es al darme la vida y

buena porque me da la muerte.

Si un gran fundidor

estuviera ahora fundiendo metal

y el metal saltara diciendo:

a mí me tienes que hacer espada,

el fundidor tendría a este metal por mal metal.

Ahora, porque una vez me ha tocado forma humana,

si dijera: Yo quiero ser hombre y nada más que hombre,

el Fundidor me tendría por mal hombre.

El Cielo y la Tierra son el gran horno de fundición

y el Transformador es el fundidor.

¿A dónde no puedo ir?

Tras un tranquilo sueño,

tendré un despertar de sorpresas.

1 comentario en “Parábola Taoísta. Habiendo desatado el nudo”

Los comentarios están cerrados.

Carrito de compra
Scroll al inicio